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​Premio Nobel de la guerra

En junio de 1936, fue otorgado este galardón de la Paz al argentino Carlos Saavedra Lamas
Luis Agüero Wagner
jueves, 10 de octubre de 2024, 09:03 h (CET)

En junio de 1936, fue otorgado el Premio Nobel de la Paz al argentino Carlos Saavedra Lamas, a quien Desiderio Roca había acusado de seguir una ruta sinuosa durante su mediación para alcanzar la Paz entre Paraguay y Bolivia, que se habían enfrentado entre 1932 y 1935 en la Guerra del Chaco.

Documentación del Departamento de Estado norteamericano corroboran las apreciaciones de Roca, sobre todo considerando las veces que Saavedra postergó las tratativas, según la diplomacia mexicana por pura egolatría, incluso en algunos pasajes perdió interés en sus propias propuestas y hasta delegó la mediación a la Sociedad de las Naciones a sabiendas que ésta fracasaría, como indicó textualmente a Felipe Aja Espil para que transmita su apreciación a Cordell Hull.


Saavedra Lamas había accedido al cargo de jefe de la diplomacia argentina a través del gobierno de Agustín Justo, heredero del golpista Uriburu, quien se hizo con la presidencia de su país a través de un reconocido fraude. Uno de los episodios que confirma la conducta zigzagueante.


A principios de octubre de 1934, el gobierno brasileño decidió atender el llamamiento urgente de Estados Unidos para apoyar la fórmula de conciliación de Saavedra Lamas, según telegrafiaba a Washington el representante diplomático norteamericano Simon Gibson, desde Rio de Janeiro. Gibson agregaba que Brasil solicitaba en una comunicación a Santiago la colaboración del canciller chileno Cruchaga Tocornal, quien según los estadounidenses, disputaba a Saavedra el papel de gran pacificador latinoamericano.


Según un documento interno del departamento de estado, el Ministro boliviano manifestó el 16 de Octubre al Ministro de Relaciones Exteriores brasileño que estaba convencido de que si él y el Ministro paraguayo pudieran reunirse informalmente en compañía del Canciller y el Ministro de Relaciones Exteriores de Estados Unidos se podría llegar a un acuerdo rápido sobre una fórmula. Eran represetantes de Paraguay y Bolivia en Brasil, dos diplomáticos que recientemente habían ocupado la cancillería de sus respectivos países.


A petición del boliviano, el Canciller abordó el tema con el Ministro paraguayo Justo Pasto Benítez, quien estuvo de acuerdo y presentó la propuesta a su Gobierno para su aprobación.


El Ministro paraguayo dijo que creía que su Gobierno consideraría conveniente incluir al Embajador argentino. “El Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil cree que esto es conveniente para que quede claro en Buenos Aires que se trata simplemente de una exploración amistosa y, además, porque el Embajador argentino aquí está dispuesto y ansioso de llegar a un acuerdo” informa la embajada de Estados Unidos en Brasil a Washington.


El Ministro boliviano dijo que si se puede llegar a un acuerdo sobre una fórmula que permita la pronta convocatoria de la conferencia de conciliación, el Gobierno boliviano podría, sin perder prestigio, retirar toda la cuestión pendiente en Ginebra, basándose en que, gracias a acontecimientos afortunados, se ha llegado a un acuerdo mediante negociaciones directas.


Ese mismo día, el embajador de Estados unidos en Brasil informaba a Washington que el representante de Paraguay en Brasil, Justo Pastor Benítez, había sido autorizado para participar de negociaciones directas y que el Canciller de Brasil los invitaría a una reunión en su casa en la que estaría presente el presidente de Brasil Getulio Vargas.


El procedimiento ya contaba con el beneplácito de los beligerantes, de Brasil y Estados Unidos, cuando Saavedra Lamas frustró aquel encuentro probablemente porque sería desplazado del centro de la escena.


El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó el 25 de Octubre que, si bien el Gobierno argentino dio primero su aprobación y autorización al Embajador argentino para participar, “este último ha llamado ahora con un largo telegrama de Saavedra Lamas en el que reabre toda la cuestión y declara que (principalmente en vista de los peligros de una eventual publicidad) tiene serios escrúpulos sobre cualquier acción fuera de la Liga de las Naciones. Su mensaje termina con la declaración de que, en estas circunstancias, la Argentina no puede participar” comunica Gibson al Secretario de estado norteamericano.


El galardón obtenido por Saavedra Lamas, entregado a domicilio en 1937, también incomodó al presidente Agustín Justo, quien se consideraba igualmente acreedor del premio por haber dado la orden de mediar en el conflicto del Chaco. Justo pondrá entonces todo su empeño en frustrar el ascenso político de Saavedra, quien no logrará su objetivo de llegar a la Casa Rosada como presidente de los argentinos.


Epílogo que confirma el aforismo de que en una batalla de egos, el perdedor siempre gana. LAW

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