La situación económica de las familias ha mejorado progresivamente, de acuerdo con los últimos datos del Banco de España. En su último ‘Informe de la situación financiera de los hogares y las empresas’, correspondiente al primer semestre de 2024, muestra que el crecimiento económico y la solidez del mercado laboral han mantenido el avance de sus ingresos, propiciando un aumento en la tasa de ahorro (el 21,2% de su renta), que supera su media histórica según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, a pesar de este contexto favorable, todavía existen muchas familias que enfrentan una situación económica inestable, lo que podría estar repercutiendo negativamente en su bienestar psicológico y físico.
Así queda reflejado en el Informe Europeo de Pagos de Consumidores, estudio realizado por Intrum que examina la situación económica y las perspectivas financieras de los ciudadanos de 20 países europeos. En él, se recoge que el 31% de los españoles reconoce que, en el último año, sus preocupaciones financieras y obligaciones de pago han afectado a su bienestar y su salud mental.
A pesar de su relevancia, este porcentaje sitúa a España por debajo de la media europea (38%) y como el segundo país con menor incidencia, únicamente por encima de Países Bajos (29%) y lejos de regiones como Reino Unido (43%), Portugal (37%), Alemania (33%), Francia (32%) o Italia (32%). Al otro extremo estarían Irlanda (58%), Noruega (48%) y Suiza (47%) como los territorios en los que un mayor porcentaje de ciudadanos reporta que sus preocupaciones financieras han impactado en su salud mental y bienestar.
Además de los efectos en el bienestar y la salud mental, el estudio de Intrum subraya también el posible impacto de las dificultades financieras en las relaciones personales y la vida social, pudiendo afectar a la estabilidad de los vínculos más cercanos. Por ejemplo, debido a la incapacidad de participar en actividades sociales por falta de recursos económicos, que podría llevar a sentimientos de aislamiento y generar malestar en las relaciones con amigos y familiares.
En este contexto, según el Informe Europeo de Pagos de Consumidores, el 33% de la población española reconoce haber sufrido situaciones de este tipo, indicando que su preocupación por el dinero ha puesto a prueba este ámbito de su vida. Una cifra ligeramente inferior al promedio de respuesta en Europa (36%).
Los españoles, entre los que menos comprometen su salud física por cuestiones financieras Con el incremento de los precios de bienes y servicios esenciales, como la reciente subida del IVA en productos como el pan, la leche, los huevos o las frutas y verduras, muchos ciudadanos podrían verse forzados a descuidar su salud física. Esto queda reflejado en el dato de que el 36% la muestra analizada en España (42% en Europa) reconoce haber comprometido su bienestar físico por la falta de dinero en el último año, ya sea optando por alimentos más económicos y menos saludables, o reduciendo su actividad física a causa de haber suprimido gastos en actividades como el gimnasio.
Como dato positivo, a la hora de hacer esta reflexión, los españoles estarían dentro del grupo de países que menos ven comprometido este bienestar físico por las finanzas, junto a Alemania (30%), Países Bajos (31%), Bélgica (33%), Francia (34%) y Polonia (35%).
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