A veces hay palabras que pueden confundir al que las lee. Sin embargo, siempre, eternamente siempre, además de leer y comprender lo que se lee. En este caso, nunca mejor dicho, hay que examinarlo, aceptarlo y reconocer si fue trampa o engaño. Se sabe que el PS, hay que reconocerle que, sus disimulos, en este caso de la reducción de penas a los etarras, ha sido un error muy grande, ya que, como todos sabemos, tanto unos como los otros, me refiero al partido de Sánchez y a los figurones amigos de los etarras, por lo visto no hay limitaciones de ninguna clase.
Aquí no se trata de pedir perdón por la trampa, hay que decirlo, en su propio engaño. El partido comunista social que preside Sánchez, ha visto el cielo despegado y abierto ante este descuido de las votaciones, del PP y de VOX que, como dice Anson en su periódico “El contenido de esa ley, conforme a la opinión de los expertos más sagaces, se negoció de forma encapuchada entre el sanchismo y Bildu, junto a otras varias concesiones…”.
No hace falta ser un lince para no darse uno cuanta, que Sánchez se estará frotando las manos donde unos “graciosos” de la oposición, estoy seguro que no leyeron o no comprendieron de lo que se trataba aquella votación. Otegui frotándose las manos. En todo este asunto, donde está por medio la ley y un partido que se dice democrático, pregona y se alaba en ser justo, no comprendo como Sánchez no habrá visto esta equivocación, de otra manera, donde yo me atrevo en decir, si fue trampa o engaño. Señor Sánchez, si no lo sabe estos criminales apretaron el gatillo, dándole a traición y en las sienes, la muerte a tantas personas, incluidas políticos. Y de su propio partido.
La cobardía de Sánchez no está en su persona. En este asunto de los etarras le conocemos hasta la extenuación. Su comunión diaria con estos etarras desde que llegó lo hemos visto toda España. Ahora está echando la vista hacía otro lado. ¿En dónde ha dejado la grandeza que tanta proclama y victorea? ¿En donde están sus barones con B y no con V? pues están a su izquierda, absolutamente a su maldita izquierda. Alabando a su siniestra y asesinas manos, la cual las tiene enfundadas en su bolsillo. Solamente él puede corregir y subsanar esta traidora salida de estos asesinos de la cárcel. Para eso hay que tener las manos fuera de los bolsillos y tenerlas delante de sus taleguillas.
|