En esta vida, desde el lugar de la comprensión de las motivaciones, y no desde el juicio más básico y ramplón, es como se debe actuar. Y eso es básico cuando desde el poder se busca la confrontación entre la ciudadanía por un mero interés político y partidista. ¡Si sabemos que todo se queda en simples promesas, debemos actuar!
Sin embargo, ahí están siempre los del poder con sus chivos expiatorios, que conjuntamente pretenden hacer sentir obscena a la esperanza, intentan destrozarla: contra todos ellos fuerza, fe y convicción, y creo que el cambio aún es posible. Ese poder de las élites, con alianzas secretas con muchos gobiernos, pretende que solo miremos hacia abajo y nos enfrentemos los unos a los otros.
Transformarlo todo es complicado, ya que esas élites pretenden implantar la ley de la selva, que es su máxima, su norma y su credo. Eso sí, aunque sabemos que los partidos de la oposición cargan con pérdidas, con derrotas, con penas, con fracasos..., no es bueno juntarse según con quién.
Muchas veces es buena la travesía por el desierto para pensar y afrontar las tendencias impuestas, pero lo que no se puede hacer es sostener la esperanza en la desesperación... ¡Eso también es rebelarse contra esas élites!
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