Más de 88.400 niños y niñas necesitan urgentemente apoyo en salud mental a medida que el conflicto se extiende por el Líbano, advierte la organización de ayuda humanitaria World Vision. Más de uno de cada cinco niños y niñas en el Líbano, más de 400.000, han huido de sus hogares para escapar de la amenaza de muerte, lesiones y destrucción. Cada vez más familias, más allá de la región fronteriza, en lo que antes se consideraban zonas más seguras, se ven obligadas a huir de sus hogares para escapar de la escalada de violencia.
Además de la amenaza inmediata a la seguridad física y la muerte, el trauma a largo plazo y las amenazas futuras a las que se enfrentan los jóvenes son terribles. Uno de cada cinco niños y niñas que viven en zonas de conflicto en todo el mundo corre el riesgo de padecer problemas de salud mental como consecuencia directa de la pérdida de normalidad, de ser testigo directo del conflicto, de sufrir violencia, de carecer de alimentos, de verse desplazado por la fuerza de su hogar y de no ir a la escuela.
“Nuestra estimación conservadora es que decenas de miles de niños y niñas necesitan apoyo de salud mental, pero esperamos que estas cifras aumenten a medida que continúe el conflicto. La infancia aquí ya ha pasado por muchas cosas -conflicto, crisis económica, COVID-19, la explosión de Beirut- y cada una de ellas ejerce un coste mental sobre la resiliencia de los niños y niñas. La semana pasada, nuestro personal visitó uno de nuestros proyectos psicosociales, donde los niños y niñas les contaron que, aunque están en un entorno seguro, temen constantemente que les pase algo a ellos o a sus padres”, explica Heidi Diedrich, directora nacional de World Vision Líbano.
Los refugios se han llenado rápidamente. Las escuelas y otros servicios infantiles se han interrumpido mientras la infancia y sus familias se centran en sobrevivir. Antes de esta última escalada, docenas de escuelas, que ya habían sido reutilizadas para albergar a unos mil desplazados internos, estaban abarrotadas.
Dado que se necesitan aún más aulas para alojar a las familias que no tienen otro lugar adonde ir, la mitad de las escuelas del Líbano son ahora refugios colectivos. Esto significa que no pueden funcionar como instituciones educativas, lo que expone a los niños y niñas a un mayor riesgo de explotación, trabajo infantil y abusos. Casi 200.000 personas (el 25% del total de desplazados) se alojan en uno de los 1.002 refugios colectivos.
“El aumento de las agresiones pone en peligro la protección, la salud mental, la educación y el bienestar a largo plazo de la infancia. La seguridad de los niños y niñas y de los jóvenes debe seguir siendo la máxima prioridad. World Vision está intensificando sus esfuerzos de respuesta en Líbano, pero las necesidades y las zonas de riesgo están aumentando rápidamente. Hacemos un llamamiento a todas las partes para que alcancen una paz inmediata y duradera en Oriente Medio, salven vidas, protejan a los niños y niñas de la violencia del conflicto y de los desplazamientos forzosos, garanticen que la ayuda y los suministros esenciales puedan llegar a la población civil, y permitan la educación de todos los niños y niñas”, concluye Heidi Diedrich.
|