El legado espiritual y las aportaciones al campo del conocimiento, especialmente científico son importantes. De Hipatia, Sócrates Escolástico dejó dicho que alcanzó tal nivel de cultura que sobrepasó a todos los filósofos de su tiempo. Heredera del neoplatonismo de Plotino, transmitía su conocimiento con generosidad, atrayendo a estudiantes desde todos los rincones del mundo conocido que acudían a Alejandría en busca de sus enseñanzas. Su nombre no solo evoca el genio filosófico, sino también el rigor científico que marcó su trayectoria.
Colaboración y superación de Teón
Hipatia fue la principal colaboradora de su padre, Teón de Alejandría, un erudito y matemático célebre de su tiempo. Las fuentes mencionan que no solo participó en sus trabajos, sino que llegó a superar su conocimiento, especialmente en matemáticas y astronomía. Hipatia destacaba como comentarista, un papel crucial en la preservación y transmisión del saber clásico. Sus comentarios, lejos de ser meras glosas, ofrecían un acceso enriquecido al conocimiento de los antiguos, facilitando el aprendizaje a sus alumnos y asegurando la continuidad de estas disciplinas.
Obras y aportaciones conocidas
Aunque ninguna de sus obras se ha conservado íntegra, su legado nos ha llegado a través de discípulos como Sinesio de Cirene y Hesiquio de Alejandría. Entre las obras que se le atribuyen destacan:
Comentario a la Aritmética de Diofanto de Alejandría. Hipatia trabajó en la mejora de los modelos algebraicos desarrollados por Diofanto, ofreciendo avances significativos en el tratamiento de las ecuaciones algebraicas. Una obra clave sobre soluciones de ecuaciones algebraicas y teoría de números. Hipatia contribuyó a clarificar y ampliar estos conceptos para su enseñanza.
Comentario a las Secciones cónicas de Apolonio de Perga. Considerada su obra más importante, en ella Hipatia profundizó en las teorías geométricas de Apolonio, facilitando su comprensión y ampliando su aplicación en el campo matemático. Analizó las curvas generadas al cortar un cono con planos en distintas inclinaciones (hipérbolas, parábolas, elipses), lo que sentó bases para la geometría analítica.
Canon astronómico. Este trabajo incluye revisiones de las Tablas astronómicas de Claudio Tolomeo. Hipatia actualizó estas tablas y planteó una visión innovadora del año sótico frente al año trópico, reflejando un conocimiento profundo de los ciclos celestes. Según el historiador Cameron, en este comentario podría haber incluido un nuevo texto escrito íntegramente por ella, lo que significaría que, aunque parcialmente, su obra ha sobrevivido.
Edición del comentario de Teón a Los Elementos de Euclides. En este texto, Hipatia aparece mencionada como discípula, aunque su contribución al desarrollo del trabajo es evidente. Supervisó y mejoró la edición del comentario de su padre, Teón, contribuyendo a la comprensión y difusión de esta base de la geometría.
El impacto de Hipatia en la historia de la ciencia no radica solo en sus textos, sino también en su papel como puente entre el saber clásico y los intelectuales de su tiempo. Sus aportaciones influyeron en el pensamiento matemático y astronómico posterior; y sus discípulos extendieron su legado, asegurando que su genio no se extinguiera con el trágico fin de su vida.
Hipatia fue mucho más que una comentarista, fue una maestra cuya visión brilló con luz propia en un mundo que aún luchaba por conciliar la razón con la fe.
Además, Hipatia dominaba y enseñaba el uso de instrumentos astronómicos como el astrolabio, cuya construcción perfeccionó según los conocimientos transmitidos desde Tolomeo y Teón. Este interés en lo práctico también la llevó a diseñar herramientas como el planisferio para cartografiar cuerpos celestes, así como inventos mecánicos como un destilador, un medidor de agua y un hidrómetro graduado, precursor del actual aerómetro.
Sinesio de Cirene, que fue uno de sus discípulos más destacados, describió en sus cartas algunos de estos dispositivos y atribuyó a Hipatia la invención de un modelo refinado de astrolabio. Su obra destaca por su relevancia y originalidad en la transmisión de estas herramientas al ámbito pedagógico y científico.
El legado y la tergiversación histórica
Tras su asesinato, Hipatia se convirtió en símbolo de múltiples causas, a menudo manipuladas. Su muerte fue interpretada por Damascio, último director de la Academia de Atenas, como un acto de envidia por parte de Cirilo, motivado por el ascendiente de la filósofa sobre la élite alejandrina. Sin embargo, Damascio, con intenciones manifiestamente sesgadas, usó el suceso para reforzar una narrativa de mártires del helenismo, tal como se hizo por ejemplo con Juliano el Apóstata.
La historiografía contemporánea, como apunta Brian Whitfield, considera que Hipatia fue presentada deliberadamente como mártir de un paganismo que ya estaba en retirada, alimentando mitos sobre el enfrentamiento entre fe y razón. Por otro lado, la Iglesia, en una campaña liderada por Cirilo, intentó utilizar su muerte como un hito en la erradicación del paganismo, pese a que Hipatia no era una pagana practicante.
¿Santa o filósofa y científica?
Con el auge del cristianismo, la figura de Hipatia fue eclipsada por otras santas como Catalina de Alejandría. En este paralelismo, los estudiosos han detectado elementos biográficos de Hipatia (su erudición en matemáticas y astronomía) incorporados al relato de Santa Catalina, cuya historia destaca su sabiduría en disciplinas científicas.
No obstante, las referencias a Hipatia como mártir filosófica o santa son confusas. Se sabe de la existencia de una iglesia consagrada a "Santa Hipatia Catalina" cerca de Laodicea, pero la historiografía parece coincidir en afirmar que podría tratarse de una figura distinta a Hipatía de Alejandría.
En definitiva, Hipatia permanece como un ícono de la ciencia, la enseñanza y el pensamiento crítico en un mundo convulso. Más allá de los mitos, su legado radica en haber conjugado la profundidad filosófica con la innovación técnica, dejando una huella que trasciende su trágico destino.
|