Para lo que le quede de vida al traidor, embustero y dictador Pedro Sánchez, se le recordará como el más gallináceo espécimen que haya desempeñado (es un decir) un cargo político en nuestra querida España. Al cúmulo de decisiones perjudiciales que ha venido tomando desde que cambió el colchón de la Moncloa, este siniestro personaje, se retrató perfectamente el pasado 3 de noviembre de 2024, en su viaje a la Comunidad Valenciana, como un ser despreciable y cobarde que merecería que lo expulsáramos de nuestra patria.
Menos mal, que el mismo día y ante el mismo marco infernal, hubo dos excelentísimas personas: los Reyes, (nuestros queridos Reyes), o lo que es lo mismo la Corona, que borraron con su valentía y responsabilidad, la repugnante e injustificada huida de esta rata que se autodefine como progresista.
¿Para cuándo su dimisión?
|