Llevo varios días esperando que se encuentre a alguna de las personas denunciadas como desaparecidas en la dantesca catástrofe ocurrida en Valencia.
Al no darse noticia alguna sobre su suerte o paradero, se concluye que han desaparecido dos veces: una primera vez para sus familiares y conocidos, y una segunda para las Administraciones y los Poderes Públicos. Es decir, para estos últimos es como si no hubiesen nacido.
Se ve que España ha dejado de ser territorio de feriantes y panderetas, y se ha convertido en un reino de carotas y caretas.
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