El 58% de las personas con discapacidad que ya utilizan la inteligencia artificial creen que esta tecnología podría agravar la brecha digital que sufren. Así se desprende del informe ‘La inteligencia artificial desde la perspectiva de las personas con discapacidad’, elaborado por Randstad Research y Fundación Randstad, que cumple 20 años trabajando para conseguir la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad en el ámbito del empleo.
Este estudio sostiene que, aunque las personas con discapacidad reconocen que la IA puede ser útil, especialmente en áreas como la mejora de la comunicación y la formación, persisten importantes preocupaciones. Así, un 55% de los encuestados considera que facilita el desempeño laboral, pero el 56% cree que podría reemplazar trabajos, especialmente entre las personas con discapacidad.
Además, los encuestados también señalan los sesgos que puedan llevar a la exclusión de candidatos en los procesos de selección laboral (52%) o los riesgos para la privacidad (59%). No obstante, a pesar de estas inquietudes, los datos revelan que la IA ha tenido un impacto positivo en la productividad laboral, con mejoras en tareas específicas, en la eficiencia, en la comunicación o en el acceso a la formación, entre otros aspectos. En cambio, solo el 32% ve nuevas oportunidades laborales y un 16% admite que no la utiliza aún, lo que sugiere que su impacto sigue limitado a optimizar tareas sin generar cambios estructurales profundos.
El informe destaca también que existe consenso en la necesidad de mayor formación y en la importancia de que la IA sea accesible para todos, tal y como señala hasta un 77% de la población con discapacidad. En este sentido, la principal barrera para adoptar esta tecnología es, según los datos analizados, la falta de conocimientos adecuados (36%) y la carencia de formación y capacitación (28%).
En esta línea, los usuarios también destacan el elevado coste de esta tecnología (26%), los problemas técnicos que puede presentar (22%) o la falta de soporte técnico (21%), entre otras barreras.
Conscientes de esta realidad, Fundación Randstad promueve el conocimiento y la accesibilidad de las personas con discapacidad a la tecnología a través de ‘Brecha Digital’, un programa de alfabetización en competencias digitales cuyo objetivo es mejorar la empleabilidad y reducir la brecha digital, y atendiendo a las necesidades que arroja el informe, en los próximos meses, atenderá la usabilidad de la IA en la mejora de la calidad de vida y empleabilidad de estas personas. Además, este proyecto promueve la economía circular al dar un segundo uso a ordenadores, licencias de software y tarjetas de conexión a internet.
Para María Viver, directora de Fundación Randstad, “Nuestra fundación se ha comprometido con el uso ético y responsable de la IA. Por eso, conscientes de este potencial queremos avanzar en el conocimiento de la usabilidad y las aplicaciones prácticas para ayudar a las personas en su día a día y en la mejora de la empleabilidad. En Randstad no vemos la IA como un sustituto de las personas o de la interacción humana, sino más bien como un poderoso medio para aumentar las capacidades de las personas”.
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