La riada se llevó los zapatos de paseo. Y al señor que se los ponía. Un buen hombre. La riada se llevó a tu madre y a sus hijos. Porque tú ya no eres nadie. Los coches negros, rojos y grises flotan en el agua de Paiporta. Luego formarán montañas de muerte. La riada se lo llevó todo y en los garajes quedaron los muertos. El barro cubre tu cara y creces siendo una voluntaria. Una voluntaria contra el cieno, el agua y los muebles rotos. El agua se ha llevado la vida y ha quedado la muerte en los rostros de los supervivientes. Un niño saca barro de una casa mientras vuelve a llover. Al mismo tiempo, en otros puntos de España, miles de coches altamente contaminantes se van de finde en Halloween. Seguimos contaminando a quinta marcha sin importarnos los muertos que dejamos atrás. Miles de barriles de petróleo caen sobre tu cabeza mientras te ahogas en el agua. Cambiamos el clima con nuestro consumo compulsivo. Trastocamos la atmósfera y provocamos una DANA que destruye . Tu vida se va con el agua mientras ellos se comen el mundo en un SUV pesado y potente. No nos importa la muerte ajena.
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