No es la primera vez que el nombre de Aragón, la cuarta comunidad más grande de España, y una de las más encantadoras tierras del país aparece ligado a la magia, la leyenda y el misterio; ya que entre sus muchas historias se encuentran gigantes y fantasmas, demonios y brujas, damas blancas y pueblos abandonados que inspiran al viajero y llenan su mente de imágenes de otro tiempo.
Pero entre leyendas y personajes, pocos destacan tanto como las brujas. Tradicionalmente asociadas a regiones como Galicia, Aragón rebosa de historias en las que se confunden la superstición, la brujería, lo demoníaco, y la verdad.
Trasmoz, el pueblo maldito
El pueblo zaragozano de Trasmoz es, quizás, uno de los más famosos de España por ser, además del único pueblo excomulgado del país, el escenario de una de las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.
De acuerdo con la tradición, en Trasmoz tuvieron lugar aquelarres de manera habitual; de hecho, en sus entornos existe una cueva denominada Cueva de las Brujas, y todos los años es elegida la Bruja del Año en la localidad zaragozana.
El castillo de Trasmoz, que de acuerdo con la leyenda fue construido en una sola noche por una especie de diablo o nigromante, alberga hoy en día un museo dedicado a la brujería. No es de extrañar que en el siglo XII la Santa Iglesia decidiera excomulgar a todo el pueblo, y que en 1511 fuera, además, maldecido por el abad del monasterio de Veruela.
Las brujas de Caspe
Con sus alrededor de diez mil habitantes, Caspe se levanta en la provincia de Zaragoza asomado al río Guadalope, y ya desde el siglo VIII a.C. guarda relación con el mundo ultraterreno debido a la gran cantidad de necrópolis y enterramientos que diferentes culturas indoeuropeas llevaron a cabo en la zona.
Alardo Prats y Beltrán recogió en 1929 una descripción de las llamadas “caspolinas” y alguno de sus ritos en el santuario de Nuestra Señora de la Balma, en el libro “Tres días con los endemoniados. La España desconocida y tenebrosa”. Al parecer, estas brujas se dedicaban, principalmente, a los exorcismos; aunque no son las únicas brujas de la zona: en el Barranco de las Brujas pueden observarse todavía vestigios de antiguos aquelarres, así como en Valdurrios.
Hoy en día, organizaciones y particulares del lugar trabajan para rescatar toda la tradición brujeril de Caspe, dentro de una región mágica y de leyenda.
Las brujas de Laspaúles
En el siglo XIV, este pequeñísimo pueblo de Huesca vivió una verdadera pesadilla con los juicios y ahorcamientos colectivos de 24 mujeres acusadas de brujería.
Según los textos de la época y las historias que se cuentan en el pueblo, las acusadas fueron halladas culpables, entre otros delitos, de envenenar a los vecinos, del rapto y asesinato de niños con fines rituales, de fabricación de ungüentos prohibidos, y de desenterrar cadáveres para obtener ingredientes para sus venenos.
Así, tras un juicio que incluyó la tortura, las mujeres fueron condenadas a morir en la horca en un paraje cercano a la localidad para que todos los vecinos del pueblo pudieran ser testigos del cumplimiento de la condena.
Hoy puede visitarse un parque temático dedicado a hecho en cuestión, con interesantes esculturas y paneles interpretativos.
El Valle de Tella y sus brujas
Tella se levanta a los pies del Monte Perdido, como atalaya del Parque Nacional de Ordesa, y en él se pueden encontrar restos humanos y animales de la Prehistoria. Pero la localidad oscense es todavía más célebre por los extraños sucesos relacionados con la brujería que tuvieron lugar entre 1637 y 1643, cuando decenas de mujeres del pueblo y de las localidades colindantes comenzaron a tener un comportamiento extraño.
Según las crónicas de la época, a las mujeres se les diagnosticó un embrujo colectivo y fueron incluso a juicio. Durante el proceso, un nombre se repetía continuamente: Pedro de Arruebo, un importante personaje del lugar, que fue condenado a cinco años de galeras, como recoge Ángel Gari Lacruz en “La brujería en Aragón”, como causante de los males que azotaron a las mujeres de todos los pueblos del valle durante esos años.
Aunque muchas veces denostada y olvidada, la brujería ha tenido una presencia y una importancia altísimas en la región aragonesa. Hasta 93 personas fueron juzgadas en Zaragoza tan solo entre 1600 y 1650, por poner un ejemplo; y no solamente los pueblos mencionados aquí vivieron casos: zonas como la de Calatayud, Fabara y Tarazona, el número de casos fue también muy alto.
Sea como fuere, no cabe duda de que Aragón embruja; ya sea por sus paisajes, sus pueblos, sus tradiciones, o sus leyendas.
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