Nicanor Boluarte, hermano mayor y mano derecha de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha sido condenado a prisión preventiva. El juez Richard Concepción Carhuancho dictaminó ello debido a que en un juicio donde se le procesaba por el presunto delito de trafico de influencias, cohecho y organización criminal, Nicanor decidió reiteradas veces no presentarse en audiencias, al punto que su propio abogado tuvo que reconocer que no tenia comunicación telefónica con su cliente.
Al igual que ha pasado con Vladimir Cerrón, el jefe del partido en el cual Boluarte debutó en la política y la designó a dedo como vicepresidenta de su plancha presidencial, Nicanor estaría convirtiéndose en un prófugo al cual la policía debiera ubicar y capturar. Todo indica que ambos prófugos se han venido dando la mano.
Sin embargo, tal y cual viene pasando con el Dr. Cerrón, es posible que Nicanor haya estructurado una vasta red de protección mediante la corrupción. Si el original mentor de la presidenta va a querer influir en la política nacional reclamando ser un perseguido, el hermano de la presidenta posiblemente vaya a hacer algo similar, aunque sin tanto uso directo de las redes sociales.
Nicanor sabía que al no querer ir a presentarse estaba condenado a producir este desenlace, el cual, a su vez, va a deteriorar profundamente la ya desgastada figura de su hermana. Al hacer ello el mayor de los Boluartes le viene clavando un cuchillo por la espalda a su hermanita, así como antes Dina hizo lo propio con Pedro Castillo y su electorado. Claro, Nicanor seguirá abiertamente defendiendo a Dina, pero su acción la enloda y le salpica mucho mojón.
La orden de captura contra el cerebro gris de Dina se da apenas aparece una encuesta donde se confirma que ella tiene apenas un 3% de aprobación, cifra a la cual no llega ningún presidente otra nación. También ha aparecido otro sondeo que evidencia que el 84% de los encuestados (5 de cada 6 peruanos) han apoyado al paro nacional del 13,14 y 15 de noviembre, el primero que haya durado 72 horas en la historia peruana.
Cada vez más la situación de Dina se torna insostenible. Su único apoyo es el del establishment político y de la “santa alianza” FP-APP-Cerronismo-AvP y aliados. Por donde va ella o su premier se producen rechiflas.
A estas alturas parece casi imposible que ella pueda lograr sus objetivos de durar hasta julio 2026. Muchos de sus asociados, como el Dr. Cerron, quisieran mantenerla en palacio hasta mediados del 2025 para que el Congreso pueda elegir un nuevo presidente sin tener que disolverse este.
Lo que ha pasado ahora con Nicanor es algo que va a darse con su hermana muy probablemente en el 2025 o 2026. La ironía del destino ha de ser que ella tras meter en Barbadillo a Castillo y de allí excarcelar a su exrival Fujimori, pueda terminar con penas mayores a las asignadas contra su excompañero de plancha o de otros exmandatarios procesados.
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