Durante el mes de noviembre, Grupo Siglo XXI sigue con su compromiso de analizar en profundidad la crisis de la vivienda, un problema que en España afecta a millones de personas y se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales. En este artículo, analizamos cómo otros países se han enfrentado a este desafío y qué lecciones podrían extraerse para aplicar en el contexto español.
Foto de Rober Solsona - Europa Press
El modelo español y sus retos En 2024, el acceso a la vivienda en España sigue siendo un problema estructural y coyuntural. Precios desorbitados en las grandes ciudades, déficit de vivienda social y la creciente presión del alquiler turístico son factores que han intensificado esta crisis. Aunque las recientes reformas legislativas y planes para aumentar el parque público han supuesto avances, aún estamos lejos de solucionar el problema. Ante esta realidad, es fundamental mirar más allá de nuestras fronteras para encontrar enfoques innovadores y efectivos.
Vivienda social en los Países Bajos: un ejemplo de largo plazo Los Países Bajos son un referente europeo en cuanto a políticas de vivienda social. Alrededor del 28% de las viviendas en este país están destinadas al alquiler social, una cifra notablemente superior al 3% en España. Este sistema ha sido posible gracias a una sólida red de cooperativas y asociaciones que gestionan estos inmuebles, con respaldo gubernamental para su financiación.
El enfoque holandés se basa en la colaboración entre el sector público y privado, junto con una regulación estricta que garantiza que los precios de los alquileres sociales se mantengan accesibles. Sin embargo, este modelo también enfrenta retos recientes, como el aumento de la población y la limitada disponibilidad de suelo.
El sistema de alquiler en Alemania: estabilidad y protección En Alemania, donde el 46,5% de la población vive en régimen de alquiler, el mercado inmobiliario destaca por su estabilidad. Esto se debe, en parte, a una legislación que protege tanto a los inquilinos como a los propietarios. Los contratos suelen ser de larga duración, y las subidas de precios están reguladas para evitar abusos.
Además, las viviendas vacías están gravadas con impuestos elevados, lo que fomenta su puesta en el mercado. Este enfoque contrasta con el de España, donde un alto porcentaje de inmuebles permanece desocupado mientras millones de personas tienen dificultades para acceder a una vivienda.
Aunque el modelo alemán también enfrenta desafíos, como el aumento reciente de los precios en grandes ciudades, ofrece lecciones valiosas sobre cómo un marco regulatorio claro puede aportar estabilidad al mercado y reducir la especulación.
Cooperativas de vivienda en Suiza: el papel de la comunidad En Suiza, las cooperativas de vivienda representan aproximadamente el 18% del parque habitacional y desempeñan un papel fundamental en garantizar el acceso a viviendas asequibles. Estas organizaciones, gestionadas por los propios residentes, ofrecen precios más bajos que el mercado y promueven un sentido de comunidad entre los inquilinos.
El modelo suizo combina subvenciones públicas, financiación privada y una regulación estricta que impide que estas viviendas se conviertan en activos especulativos. Este enfoque podría ser adaptado en España para promover la participación ciudadana en la gestión del parque habitacional y fomentar un modelo más inclusivo.
Medidas de emergencia en Finlandia: acabar con el sinhogarismo Uno de los mayores éxitos en la política de vivienda a nivel mundial se encuentra en Finlandia, que ha reducido el sinhogarismo en un 83% desde 1985 mediante el programa "Housing First". Este enfoque otorga prioridad a proporcionar un hogar estable a las personas sin hogar antes de abordar otros problemas como el desempleo o las adicciones.
Este programa ha demostrado que garantizar una vivienda estable no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también reduce los costes en servicios sociales y sanitarios a largo plazo. En España, donde miles de personas carecen de un hogar, esta estrategia podría ser una solución efectiva para abordar la problemática desde su raíz.
Corea del Sur y la regulación del mercado inmobiliario En Asia, Corea del Sur ha implementado un modelo agresivo de intervención en el mercado inmobiliario para combatir el aumento descontrolado de los precios. Las medidas incluyen límites estrictos a la especulación, impuestos elevados para quienes poseen múltiples propiedades y programas para fomentar la construcción de vivienda asequible.
Aunque estas políticas han generado críticas por parte de algunos sectores, también han logrado frenar el crecimiento exponencial de los precios en ciudades como Seúl. Este enfoque podría inspirar a España a adoptar un mayor control sobre los inversores que ven la vivienda como un activo financiero en lugar de una necesidad básica.
Foto de Jesús Hellín - Europa Press
¿Qué puede aprender España?
Los ejemplos internacionales muestran que no existe una solución única para la crisis de la vivienda, pero sí estrategias que han demostrado ser efectivas en diferentes contextos. En el caso de España, sería fundamental:
- Ampliar el parque de vivienda social: Adoptar el modelo holandés para incrementar significativamente la oferta de vivienda asequible mediante cooperativas y asociaciones respaldadas por el Estado.
- Regular el mercado de alquiler: Inspirarse en Alemania para ofrecer mayor protección a los inquilinos y reducir la especulación.
- Fomentar las cooperativas: Promover modelos como el suizo, que otorgan un papel más activo a las comunidades locales.
- Abordar el sinhogarismo con estrategias como "Housing First": Garantizar el derecho a la vivienda como punto de partida para resolver otras problemáticas sociales.
- Gravar las viviendas vacías: Adoptar medidas más contundentes para movilizar el parque inmobiliario inactivo.
Aprender para avanzar La crisis de la vivienda en España requiere soluciones urgentes, ambiciosas y sostenibles. Mirar hacia otros países no implica copiar sus modelos de forma literal, sino adaptar las mejores prácticas a nuestra realidad. Desde Grupo Siglo XXI, seguiremos explorando este tema crucial, buscando no solo denunciar el problema, sino también ofrecer propuestas que puedan marcar la diferencia.
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