La palabra emoción proviene del latín emovere, que significa el impulso que induce a la acción. Por el contrario, los sentimientos se encuentran siempre alojados en nuestra parte consciente, ya que se trata de la suma de emoción y pensamiento. Emociones son: alegría, humor, amor, felicidad. Miedo, ansiedad, ira, tristeza, rechazo, vergüenza, sorpresa, esperanza, compasión… Cuando dotamos de consciencia a estas experiencias subjetivas que hemos denominado emociones, cuando les damos un significado consciente y verbal, estamos hablando entonces de sentimientos. Las emociones tienen varias funciones importantes: “Nos ayudan a adaptarnos a situaciones nuevas o cambiantes, como la respuesta al miedo que nos protege del peligro. Nos permiten comunicar nuestros estados internos a los demás, lo que facilita la interacción social. Las emociones pueden influir en nuestro aprendizaje y memoria, ya que asociamos experiencias emocionales con significados y lecciones. Nos permiten regular el estrés y la ansiedad, lo que nos ayuda a mantener el equilibrio dinámico del medio interno (homeostasis) y la salud emocional”. Es fundamental reconocer y expresar nuestras emociones de manera saludable, ya que: la expresión emocional adecuada reduce el estrés y la ansiedad, y promueve la salud mental. La comunicación emocional nos permite conectarnos con los demás y establecer relaciones más profundas. La comprensión y aceptación de nuestras propias emociones nos permite ser más empáticos con los demás.
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