Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Sevilla | Políticos | Infraestrcuturas | Desarrollo | Turismo | Evolución | Retos

Sevilla: el desafío del futuro desde las raíces del pasado, estado de la cuestión en pleno siglo XXI

La ciudad tiene tendencia a “morir de éxito” y, para evitarlo, debe mirar más allá del turismo y apostar por un desarrollo que integre la innovación tecnológica, el impulso industrial y una gestión equilibrada de su legado histórico
María del Carmen Calderón Berrocal
lunes, 9 de diciembre de 2024, 08:40 h (CET)

La ciudad de Sevilla, enclave histórico de relevancia mundial, enfrenta en el siglo XXI la necesidad de conjugar su rico legado patrimonial con las demandas de un desarrollo urbano, social y económico sostenible. A lo largo de los últimos 25 años, ha experimentado transformaciones significativas que ofrecen un marco privilegiado para reflexionar sobre su evolución y los retos que aún debe afrontar.


Con este telón de fondo se celebró recientemente un coloquio “La evolución de Sevilla en 25 años”, organizado por Diario de Sevilla, que reunió a expertos en diversos ámbitos que analizaron las luces y las sombras del desarrollo reciente de la ciudad.


Moderados por Carlos Navarro Antolín, subdirector de ese periódico, los participantes fueron: Manuel Marchena, catedrático de Análisis Geográfico Regional; Reyes Pro, historiadora y bibliotecaria; Pedro Robles, director ejecutivo de Robles Grupo; Alfonso Jiménez, maestro mayor honorario de la Catedral de Sevilla; y Joaquín Moeckel, abogado; y ofrecieron una mirada plural sobre los avances y desafíos que definen a la capital hispalense.


Una mirada al pasado reciente


Se subrayó la “anomalía histórica” del desempleo. Ciertamente Sevilla es una ciudad que parece acogedora pero no lo es tanto, pues abre sus puertas a quien viene de afuera y las parece cerrar o levemente entreabrir a sus propios hijos que ven como inmigrantes de todas las razas y condición gozan de un puesto de trabajo y muchos sevillanos están en el más absoluto paro. Se está perdiendo en Sevilla y por ende en España, un capital humano tremendo. Hay muchas personas cualificadas e incluso sobrecualificadas que no saben qué hacer con su vida porque no tienen ningún tipo de prestación, mientras otros se gastan los subsidios que perciben en los bares.


Los bares, el gran problema que a algunos políticos pareció la gran solución. Pero no. Se está dando un culto a los bares que no es de recibo, las aceras se llenan de veladores, el ruido ensucia el ambiente de la ciudad, no se cuidan elementos sensibles que inciden en la visión que, para el visitante de Sevilla, tiene la ciudad. Los bares crean empleo que en el 90% es empleo basura porque es trabajo para verano o Semana Santa, después al paro otra vez.


Este sector sí que está muriendo de éxito, siendo esto así porque quiebran miles de negocios ajenos a este sector y proliferan bares como setas tras la lluvia, pero es que aún es peor, pues vemos el cierre de negocios que parecían sólidos, -los mismos bares-; y donde se había invertido porque parecía tener este sector una seguridad que no ofrecían otros negocios. Sí, también cierran los bares. El sector muere de éxito, mientras se está dando a la ciudad una faz excesivamente lúdica, adaptada en todo para el visitante, en perjuicio del habitante, del vecino sevillano, que es quien sufre toda esta mala gestión.


Hay que llamar a las cosas por su nombre e invertir en Cultura, pero en cultura de verdad, no en sectores arribistas que quieren beneficiarse de lo que debería inherentemente ser para los profesionales de la cultura, que es el sector donde el paro es mayoritario, endémico. Un sector que podía levantar no solo Sevilla sino el País y se lo tiene en el ostracismo, mientras sectores ajenos, sectores del espectáculo, a veces cruento, educan a la población en la violencia y en la frivolidad, en vez de enseñar a la sociedad a pensar, a tener interés por conocer su propia identidad cultural, en saber por qué somos como somos y por qué hemos llegado a ser tales.


Manuel Marchena


Manuel Marchena dividió el desarrollo reciente de Sevilla en dos etapas principales:


1. La apertura internacional impulsada con la Expo 92.

2. La transformación urbana bajo el mandato de Sánchez Monteseirín, incluyendo el tranvía y la peatonalización de la Avenida de la Constitución.


Afirmó que este último periodo dejó como legado importantes infraestructuras, como el tranvía o la peatonalización de la Avenida de la Constitución.


Pero hay que tener en cuenta cómo se hizo el trazado del metro, ¿qué pasa cuando el metro pasa por la Avenida de la Constitución?, ¿no es verdad que los vecinos y trabajadores de la zona han advertido y se han quejado de que vibra el acerado?, pues eso, no solo no es conveniente, sino que supone un grave peligro para el patrimonio histórico de la ciudad, sobre todo el arquitectónico y arqueológico.


Desde luego Monteseirín pensó una ciudad como si estuviera en el salón de su casa y, una ciudad es eso, una ciudad, tiene que haber carretera para que los vehículos puedan entrar en el centro, pensando en las personas con movilidad reducida y en los mayores, no todos pueden usar la bicicleta; debe haber acerado seguro, pero no todo el centro peatonalizado, porque quien no puede caminar demasiado se ve impedido para acceder al centro de la ciudad.


Hay que tener además en cuenta que no solamente hay que arreglar lo que se ve, “lo que ve la suegra”, como reza el dicho, el acerado hay que cuidarlo, las losetas que basculan hay que fijarlas. Cualquier caída que se denuncie correrá a cargo del ayuntamiento, así que a ver si ahorramos. Hay que respetar el medio ambiente, hay que plantar árboles, no masacrarlos.


Hay que respetar a los animales, que son lo que nos acerca a la naturaleza que estamos destruyendo por completo, por tanto, no hay que masacrar a palomas, gatos, perros, cotorras y todo lo que vuele o ante a cuatro patas, ahora en el hábitat natural de muchos de ellos, pues el clima se ha tropicalizado en gran medida como hemos tenido oportunidad de advertir. En vez de masacrarlos, gasearlos, aniquilarlos, hay que velar por ellos, construyendo sitios habitables para ellos, aunque vivan en libertad y no tengan dueño, aunque ellos sean su propio dueño, porque la naturaleza nos hace libres, -nosotros también somos animales, pero hay muchos que ni lo saben-, la sociedad después se encarga de poner cadenas por doquier, sean justas o no. No hay que gobernar o administrar para un grupo, sino para todos.


Todos tenemos derecho a disfrutar de la naturaleza, también en ciudad. Sevilla ha sido pionera en acercar la diversidad en fauna y flora desde, por lo menos, 1929, también en 1992, no destruyamos lo que tenemos y lo que se nos da por añadidura debido al cambio climático. No seamos tontos, no seamos injustos, sepamos respetar la Creación.


Al margen de estos comentarios que venimos haciendo, Marchena también señaló el desempleo como una “anomalía histórica” de la ciudad, que sigue afectando profundamente a Sevilla. El desempleo sigue siendo el principal lastre de la ciudad.


Advirtió Marchena que Sevilla no ha logrado superar los desequilibrios socioeconómicos que perpetúan la exclusión social, agravados por la crisis de empresas emblemáticas como Abengoa.

Criticó también la falta de superación de los desequilibrios socioeconómicos, agravados por la caída de grandes e importantes empresas emblemáticas.


Reclamó una articulación más efectiva de los grupos de poder emergentes para dinamizar el desarrollo económico.


Al hilo de estas apreciaciones de Marchena, cabe también apuntar que debería evitarse e incidir con ahínco en ello, para lograr terminar con los guetos que hay en la ciudad y hacer una ciudad más igualitaria, pero esto no se hace mezclando a personas de un determinado nivel sociocultural -y no hablo de clases, que no deben existir ni pensar que existen-; y mezclarlos con grupos de características totalmente opuestas. No, eso es un error. La forma de igualar a la sociedad es mediante la educación. Educación, no adoctrinamiento. Enseñar a los ciudadanos a que sepan pensar por ellos mismos y decidan libremente lo que les interesa a ellos o no, teniendo en cuenta, naturalmente, el bien común, pues para eso se vive en sociedad.


Reyes Pro Jiménez


Por su parte, Reyes Pro Jiménez, destacó el papel de la cultura en la configuración de la identidad sevillana.


Es que sin cultura los ciudadanos no serían capaces de comprender su identidad, no serían capaces de pensar, no serían capaces de valorar en su justa medida el patrimonio que Sevilla tiene, tanto cultural, como patrimonial, como histórico, etc.


Advirtió Reyes Pro igualmente, que el turismo masivo está eclipsando otras expresiones culturales que podrían diversificar la economía. Efectivamente, es que Sevilla no es un escaparate para turistas, Sevilla es fundamentalmente una ciudad para sus vecinos, para los ciudadanos; y, con esto, no estamos diciendo que se le cierran las puertas a nadie, pero la caridad empieza por uno mismo. Así se evitan muchos problemas.


Alertó Pro, sobre los riesgos para el patrimonio y el tejido social en barrios históricos. Y esto es así, porque se está transformando Sevilla en loor del turista y del turismo, en detrimento del ciudadano, que sufre y padece las cachorreras de los administradores que han querido una Sevilla como salón de su propia casa, sin coches, todo enlosetado, asfaltado o encementado. ¡Mira que sustituir zonas verdes por cemento y pintura verde¡. ¡No señor¡. ¡Es al revés¡. Hay que sustituir cemento por zonas verdes y plantar árboles que nos aporten oxígenos y sombra en verano. Poner aspersores por tramos en la ciudad, sí, los grifitos que quitan calor, muy acertadamente promocionados en la Expo´92. Hay que poner bancos, fuentes y papeleras. Hay que cuidar más al vecino y olvidarse un poquito del visitante, para no solo facilitar sino llamar a gritos a la invasión.


Criticó Reyes Pro también, la falta de reconocimiento a figuras históricas locales como Nicolás Antonio o Alfonso X.


Hay que recordad y apreciar en su justa medida a quienes han hecho significativas aportaciones. De hecho, se retiran el nombre de las calles según el gusto de no sabemos bien quien, simplemente por capricho político, sin tener en cuenta la historia de la ciudad. La Historia, con mayúsculas, es de todos, los partidos son del presente, el pasado ya pasó y hay que aceptarlo y respetarlo, porque es nuestro patrimonio, el bien o el mal que sucedió en el pasado han hacho que seamos tal y como somos en la actualidad.


Reclamó Reyes Pro una mayor integración de los académicos y la cultura en los procesos de decisión de la ciudad. Sin duda es un apunte a considerar, académicos y profesionales de la cultura: historiadores, archiveros, filólogos, filósofos…, son un baluarte abandonado que tiene el Gobierno y ya es hora de reivindicarlo.


Pedro Robles


Pedro Robles subrayó los beneficios económicos derivados del auge turístico y la expansión del sector hostelero. ¡Ya…!, pero esto tiene sus contraindicaciones, las anteriormente apuntadas.

Criticó, con buen criterio, la falta de planificación estratégica, lo que está llevando a la masificación turística, por una parte. Cierto, algo que hace a los vecinos tener que pedir permiso a los extranjeros para poder pasar por ciertas calles; y debido también a lo citado, la pérdida de autenticidad en la ciudad. Sevilla es como es, como ha sido toda la vida, los pastiches en el casco histórico, son eso, pastiches; los derribos de edificios emblemáticos para hacer caja inmobiliaria, parecen más bien una canallada; la tala de árboles, muchos centenarios, en toda la ciudad e incluso en el mismísimo Parque de María Luisa, son vandalismo institucional, por mantener un tono respetuoso. Después los gobernantes que heredan tropelías se ven negros para poder corregirlas.


Reclamó Robles también, una visión a medio y largo plazo para anticipar problemas y garantizar el desarrollo sostenible. Pues sí, a la vista está que las infraestructuras no responden como debieran, tenemos presente el caso de Valencia y provincia que no ha podido hacer frente a una DANA porque sus infraestructuras han respondido deficitariamente. ¿Se pregunta el lector qué pasaría si al Guadalquivir le da por crecer, por muy controlado que parezca que lo tenemos?, entre otras cosas, los puentes y túneles que conectan la margen del río con la ciudad se comportarían como verdaderos grifos que verterían agua a la ciudad convirtiéndola, de nuevo, en la macarena que fue una vez y que dio nombre a la zona de La Macarena como explico en distintas publicaciones al hilo de mis investigaciones con motivo de mi tesis doctoral y en mi discurso de ingreso en la Academia Andaluza de la Historia.


Alfonso Jiménez


Alfonso Jiménez reforzó esta crítica, calificando intervenciones urbanas recientes como “desastres” y alertando sobre el impacto negativo de la proliferación de apartamentos turísticos en el Casco Histórico. Y… es que Sevilla…, básicamente…, es para sus vecinos, no para los que vienen de visita, a éstos se los acoge respetuosamente, pero se cuida a los vecinos que son los que mantienen con sus impuestos un sinfín de cosas.


Cuestionó proyectos recientes como Las Setas y la peatonalización de la Avenida de la Constitución, calificándolos de "desastres". En efecto, no hay que ser un lince ni el maestro de obras de la Catedral para saber que esas setas, por muy modernas que parezcan, son un grano en salva sea la parte, en Sevilla, además del dineral exponencial que costaron.


Criticó Jiménez la proliferación de apartamentos turísticos en el Casco Histórico, considerándolos un peligro para el patrimonio. ¡Pues claro que sí! En aras de rentabilizar el patrimonio arquitectónico y las propiedades de solo parte de la ciudadanía, se están haciendo verdaderas barrabasadas que, en el mejor de los casos, dejan la fachada y destruyen el interior de las históricas construcciones. Eso es cargarse el patrimonio histórico de Sevilla.


Señaló igualmente Jiménez una mentalidad local limitada por una falsa nostalgia aristocrática, que frena la autocrítica y el progreso real; y propuso integrar a las universidades y colegios profesionales como motores clave de transformación.


Pero tengamos en cuenta que los colegios profesionales, herederos de los antiguos gremios, no son hoy lo que debieran ser, porque durante muchos años se ha estado favoreciendo a las asociaciones en detrimento de los colegios profesionales, llegando algunos a su agonía cuando no a su total desaparición o inutilidad patente poque la terminología académica y profesional cambia como los trajes de gitana, por temporadas, aunque estas instituciones se aferren a mantener su esencia.


Joaquín Moeckel


Por otro lado, Joaquín Moeckel aportó una visión más emocional, defendiendo las tradiciones como elementos cohesionadores de la sociedad sevillana.


Pero ante esto hay que decir que también era tradición quemar a las brujas en la hoguera, algo que fue abolido, …menos mal; y ahora, hay que terminar con tradiciones y fiestas sobrada e injustamente reconocidas como nacionales y que educan en la violencia e insensibilidad a la sociedad. Después vengan manifestaciones en contra de la violencia de cualquier tipo. ¡Pero si se educa a la sociedad en la violencia…!. Quien siembra vientos recoge tempestades.


Defendió Moeckel pue las tradiciones, como las cofradías, como elementos cohesionadores de la sociedad sevillana. Al respecto deberíamos precisar que es muy importante que el ciudadano perciba cual es el sentido de cada cosa, lo que es costumbre y lo que es rito. Ni las cofradías ni las procesiones son meramente una tradición, llevan anexo el sentimiento religioso del pueblo, el rito, quien no sea religioso, ¿qué pinta en ellas?. Es algo que no se comprende. Hay que vivir menos para afuera y definitivamente más para dentro de sí. Es urgente la conciencia y la introspección. Teniendo, por lo menos, esto en cuenta, estaría solucionado que muchos de los sevillanos que, en Semana Santa y Feria, se quedan en su casa para no ser avasallados por la marabunta foránea, pudieran disfrutar de la esencia de su ciudad.


Criticó Moeckel también proyectos urbanos como Las Setas y la Torre Pelli, describiéndolos como descontextualizados. Como hemos comentado más arriba, así es.


Advirtió contra la dependencia excesiva del turismo, abogando por la industrialización y la inversión en tecnología para generar empleo sostenible.


Hay que crear empleo de calidad, parece que se está acostumbrado a vivir al día y eso es un peligro muy grande. Hay que sentar las bases para que el ciudadano pueda desarrollar su ciudadanía plenamente, que pueda tener un poco de dinero en el bolsillo, pensar en crear una familia sin el miedo a no poderla mantener; poder tener ambición cultural y sed de conocimiento, la persona se hace y se conoce a sí adquiriendo conocimientos y sumando introspección.


Destacó Moeckel también, la necesidad de preservar el alma cultural de Sevilla en cualquier proceso de modernización. Es lo que citábamos con anterioridad, vale infinitamente más salvar el patrimonio histórico y cultural que unos “listos” llenen sus cuentas bancarias con suculentas ganancias. En palabras de Moeckel, Sevilla debe evitar “morir de éxito” y construir un modelo de desarrollo equilibrado que combine tradición y modernidad.


Infraestructuras y desarrollo estratégico


Uno de los puntos de consenso fue la urgente necesidad de mejorar las infraestructuras. La conexión ferroviaria entre Santa Justa y el Aeropuerto, el desarrollo de la segunda línea de metro y la finalización de la SE-40 fueron señalados como proyectos imprescindibles para garantizar la movilidad y el desarrollo económico. Además, la recuperación de los terrenos de Tablada sigue siendo una asignatura pendiente.


El turismo: oportunidad y desafío


El turismo emergió como uno de los temas más polémicos. Aunque reconocido como un motor económico, los ponentes advirtieron de los riesgos de depender exclusivamente de este sector. Reyes Pro describió el fenómeno como una “ciudad teatro”, en la que el atractivo cultural queda subordinado a las demandas del visitante. Moeckel enfatizó que, si bien el turismo puede generar beneficios a corto plazo, el futuro de Sevilla debe orientarse hacia la industrialización y la tecnología para garantizar empleos estables y de calidad.


Grupos de poder y visión de futuro


Otro tema clave fue el papel de los grupos de poder en Sevilla. Marchena apuntó que la ciudad carece de un tejido empresarial cohesionado, mientras que Pro lamentó que la influencia cultural y académica se encuentre marginada. Por su parte, Jiménez defendió la necesidad de integrar a la universidad y los colegios profesionales como motores del cambio.


En cuanto a la mentalidad local, hubo posiciones divergentes. Marchena criticó el ensimismamiento de las élites, mientras que Jiménez señaló la persistencia de una falsa nostalgia aristocrática que limita la autocrítica. En contraste, Moeckel valoró positivamente la herencia histórica, pero instó a no romantizar el pasado a expensas de un progreso real.


Conclusión: un proyecto estratégico para Sevilla


El debate dejó claro que Sevilla necesita un proyecto estratégico que combine modernización, sostenibilidad y respeto por su patrimonio. La clave, según los ponentes, radica en adoptar una visión de futuro que no solo reactive su economía, sino que también preserve su esencia cultural.


Sevilla tiene tendencia a “morir de éxito” y, para evitarlo, la ciudad debe mirar más allá del turismo y apostar por un desarrollo que integre la innovación tecnológica, el impulso industrial y una gestión equilibrada de su legado histórico. Solo así podrá superar los desafíos que enfrenta y consolidarse como un modelo de convivencia entre tradición y modernidad.


En definitiva, hay que apostar por la conciliación de la modernización, sostenibilidad y respeto por su legado histórico. Superar la dependencia del turismo mediante la industrialización y la innovación tecnológica. Invertir en infraestructuras clave, como la segunda línea de metro, la conexión Santa Justa-Aeropuerto y la SE-40. Fomentar la cohesión social y supere las barreras de exclusión histórica, con una visión de futuro inclusiva y articulada.

Noticias relacionadas

Inventamos a nuestros enemigos cuando procede, que suele ser casi siempre, tal vez porque ideamos asimismo todo lo referido a nuestras vidas. Ocurre ello a escala individual y subjetiva, pero también a escala colectiva, sea en el nivel familiar, grupal, tribal o político.

Dos rasgos peculiares han favorecido la gestión del comentario de hoy y su contenido. La relectura de un libro que mantengo entre mis preferidos y el acercamiento a la situación real de la presencia humana en el mundo. El libro es “El quinto día”, de Frank Schätzing; nos viene de perlas, para enlazar con una serie de consideraciones relacionadas con las andanzas de los seres vivos en mares y tierras, unas de lo más patentes y otras poco o nada conocidas.

Recuerdo aquellas noches, después de las sencillas cenas de un colegio religioso, cuando salíamos a los patios del Colegio, en realidad las partes traseras del edificio. No olvidaré los paseos en grupo, rodeando a alguno de nuestros profesores. Se hicieron famosos los que presidía un sencillo sacerdote venido de Japón.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto