Los bicentenarios de las batallas de Junín y Ayacucho debieron haber sido celebrados a todo motor por Latinoamérica. Estas gestas se dieron el 6 de agosto y el 9 de diciembre de 1824, respectivamente, y mediante estas victorias se impuso la derrota final de los realistas en el continente sudamericano.
El gobierno peruano estaba en la obligación moral de haber organizado cumbres de mandatarios y grandes concentraciones de masas ante ambas ocasiones. Sin embargo, la presidenta no quiso asistir por temor a ser abucheada y tampoco quiso traer a ningún otro mandatario extranjero a estas celebraciones.
Se perdió la oportunidad de mostrar al Perú como un líder regional y hasta de mostrar el agradecimiento a los voluntarios británicos e irlandeses y a las tropas de todas las naciones andinas que participaron en dichas campañas.
Dina Boluarte, quien inicialmente estuvo en la posesión de su plancha presidencial, en la pampa de Ayacucho en julio 2021, ahora es repudiada por los habitantes de dicho departamento. La mujer que fue electa vistiéndose como chola con polleras y hablando quechua, ahora se esfuerza en vestirse a la moda occidental con joyas y relojes de oro y carísimas cirugías estéticas. Lo inverso a la presidenta mexicana, quien, pese a no hablar ninguna lengua nativa ni tener ascendencia indígena, siempre luce ropas con motivos autóctonos.
Como en el 2023 a Dina la abuchearon en la pampa de Junín al recordarse el 199 aniversario de la batalla que se dio en tal lugar en 1824, este 6 de agosto la presidenta no se atrevió a ir sabiendo que la protesta iba a ser peor que la que empeñó su paso por el desfile del 28 de julio.
La última vez que Dina fue a Huamanga fue jalonada de los pelos por 2 familiares de manifestantes a quienes ella asesinó. Ahora, los ayacuchanos le hacen la vida imposible a su gobernador Wilfredo Oscorima, el «wayki» de Dina que le da joyas y quien estuvo a su lado en el balcón presidencial durante la parada de fiestas patrias.
El jueves 8 de agosto, a los 2 días de la ceremonia del bicentenario en Junín, Oscorima acudió a un estadio en Huanta para buscar levantar el paro indefinido de dicha ciudad. Sus 15 mil paisanos asistentes le gritaron «asesino», «corrupto», «rolexs» y casi lo linchan. Tuvo que escaparse con un helicóptero. Luego, el lunes 11 los pasajeros le obligaron a bajarse del avión que le iba a llevar desde Ayacucho a Lima para que resuelva el pliego de los pobladores de Tambillo y Acocro, quienes exigen culminar la carretera entre ambos pueblos.
El lunes 9 de diciembre Boluarte no se atrevió a cumplir su promesa de ir a Ayacucho y dejó plantados a todos en la pampa de la quinua, a la cual llegaron muchos manifestantes para demandar el fin de la dictadura (pese al clima adverso). Dina dio su discurso en palacio. De hecho, ella busca evitar ir a ver gente. Incluso, no asistió a la Cumbre Anual De Ejecutivos, algo en la que siempre participa toda presidencia, mientras que un 6% de sus concurrentes la desaprueban (y un 2% rechazan al congreso).
El Wayki Oscorima si fue a la pampa de la quinua, pero estuvo rodeado de uniformados, En la verbena popular que su gobierno regional organizo con el Grupo 5, un popular elenco musical, la población le gritaba “Rolex, Rolex, Rolex”, “fuera” y “corrupto”.
En la misma semana que se realizan los festejos por los 200 años de la batalla de Ayacucho se van a recordar 2 años de la matanza de 10 ayacuchanos. Será imposible para el gobierno central y regional conmemorar esa fecha sin que se produzcan grandes protestas. En el bicentenario de la gesta de Ayacucho, la mayoría de los peruanos quisieran acabar con este régimen y su congreso.
En la víspera del bicentenario de la batalla de Ayacuho el pueblo sirio acabó con la tiranía de la familia Assad, algo que ha de poder inspirar a muchos peruanos a movilizarse contra la dictadura dina-congresal.
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