Este fin de semana va a continuar la riada de solidaridad que se ha producido desde que hace más de cuarenta días la DANA provocara devastación y muerte. Esta reacción de muchas personas que durante semanas han dedicado y dedican su tiempo y su dinero a ayudar a los que sufren es un motivo de orgullo. La compasión, padecer con los otros, nos hace más humanos.
Los pueblos afectados necesitan que las ayudas económicas prometidas por el Gobierno lleguen cuanto antes. Es necesario que las empresas puedan reiniciar cuanto antes su actividad. Estamos ante una carrera contra reloj. El COVID nos enseñó que cada día cuenta. Un negocio con la persiana cerrada es un negocio que pierde viabilidad. Los economistas subrayan que las ayudas directas son las más eficaces. Los créditos con bajo interés y las rebajas fiscales son importantes, pero menos urgentes.
|