Sí, vergüenza, hartazgo y hasta asco, al ver el espectáculo que está dando la política española. Esta vergonzosa actualidad es el fruto de la democracia liberal, satánica y perversa, instituida con la aprobación de la nueva Iglesia Católica, mundanizada, secularizada y desacralizada, con la Divina Eucaristía de mano en mano. Por supuesto, no son todos iguales, pero sí muchos de los que mandan, porque el mal está dentro. ¡Qué tristeza para un anciano que ama a Cristo, verlo solo y abandonado en muchos lugares! Y, por consiguiente, al eliminar a Cristo y relegarlo a un rincón, se pierde el sentido de lo sagrado. Observas en los templos que no hay fervor, solo una fraterna reunión de hermanos. Pero, ¿dónde está el Padre? Esta tibieza y mediocridad, que se han producido como consecuencia de la pérdida del sentido de lo sagrado, han dado lugar a que el pueblo español haya quedado sin defensa, sin fervor, apático por el abandono de sus pastores. Dejaron la puerta abierta, y han entrado Satanás y una multitud de esbirros. Esto es lo que ocurre en muchos lugares. Claro que hay muchos clérigos y fieles que se han mantenido firmes, pero creo que su número es insuficiente para detener que la ira de Dios caiga sobre esta generación impía, perversa y malvada.
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