Se está extendiendo por consejo, que no mandato, de la Comunidad Económica una iniciativa para que, en las próximas fiestas que se celebran en el mundo cristiano en conmemoración del NACIMIENTO del Niño Dios, no se feliciten a familiares y amigos y aún a desconocidos con la frase FELIZ NAVIDAD que es una contracción de NATIVIDAD, referida a la de Jesús, y se sustituya por la frase felices fiestas, pues se pueden sentir ofendidos personas de otras religiones, en especial los musulmanes.
No es la primera vez que se pretende eliminar costumbres o alimentos, sobre todo en los comedores de los colegios, para no ofender a los alumnos musulmanes. Nuestro Refranero, que tiene dichos para múltiples situaciones, posee uno que es DONDE FUERES, HAZ LO QUE VIERES, de forma tal que los que vienen de otros países, deben de adoptar nuestras costumbres, y no nosotros adaptarnos a las de ellos. Este insano despropósito de querer eliminar el Cristianismo de la vida de los europeos, aunque haya políticos que lo pretendan, no lo conseguirán. Ya hubo un precedente de ello que terminó en un rotundo fracaso. Me refiero a cuando, durante la Revolución Francesa, los masones que la concibieron pergeñaron y pusieron en práctica fallaron estruendosamente pues, a pesar del mucho empeño que a ello dedicaron, el pueblo, los sin calzones, como era nombrada la plebe por los gerifaltes de la Revolución, no admitió los meses de veinte días, ni la denominación profana que aplicaron a las fiestas, como tampoco los nombres nuevos de los meses.
Eran denominaciones y costumbres con muchos siglos de historia, difíciles de abandonar y cambiarlas porque ciertos políticos más bien faltos de entendederas quisieran poner a retortero a todo el país, y que mudasen sus ancestrales costumbres. El pueblo, los ciudadanos, aunque estos políticos advenedizos no lo crean ni lo tomen en consideración, está muy apegado a sus tradiciones y no las cambia de la noche a la mañana por la insensatez de estos, pero creemos conveniente y necesario analizar la razón de ser y el porqué de estas felicitaciones.
¿Quién es el ignaro que presupone que estas fiestas solo se tienen por la NATIVIDAD de Jesús?
El origen de ellas, así como su motivación, se encuentra en las SATURNALES, jolgorios romanos que tenían lugar el siete de diciembre, pasando posteriormente al 23 con una semana de duración; y ¿quién sabe si los romanos no las tomaron de otras precedentes? En estos días los romanos se felicitaban, se hacían regalos, se reunían para comer, invitaban a los amigos, y se divertían todo lo que podían.
Posiblemente las comidas de empresas tengan un origen similar. Lo que hoy hacemos solo es una fotocopia no muy bien conseguida, de los que ya hacían nuestros antecesores. Los precedentes de estos días se hunden en la noche de los tiempos. Los rituales de felicitación son idénticos o muy parecidos a los de entonces.
El Cristianismo no arrasó ni destruyó las antiguas celebraciones paganas, las cristianizó. No podía eliminar costumbres de siglos y cambiarlas por unas sin arraigo popular.
Los legionarios romanos acampados en oriente conocieron el culto de origen persa, al SOL INVICTO, MITRA, y lo trajeron a Roma; y precisamente porque en estos días, 21 o 22 de diciembre, se produce el solsticio de invierno, comienza a alargarse el día, la luz vence a la oscuridad, las tinieblas de la noche se aminoran, se celebran estas fiestas.
Estatua de Mitra, tauróctono, encontrada en Cabra y custodiada en el Museo Arqueológico de Córdoba
Pero no perdamos de vista que la razón de ser de ellas es el Nacimiento de Jesús. Si no fuera por ello, no habría celebración alguna, por lo tanto, un impreciso felices fiestas, no se corresponde con el motivo por el que se dice esa expresión. Felices fiestas ¿por qué? ¿a santo de qué? ¿qué celebro si no es el Nacimiento de Jesús? Como la razón de esta alegría es la NATIVIDAD de Jesús, debo de desear felicidad por tal motivo, la frase ha de ser FELIZ NAVIDAD, si no, no hay motivo de celebración.
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