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He tenido la fortuna, a lo largo de mi vida, de escribir cuando he tenido ganas de hacerlo y también de lo que me ha apetecido. Hoy tengo ganas de escribir del sujeto que, desde hace muchos meses, en realidad años, y amparado en el anonimato, escribe en mi web cientos de comentarios descalificadores (por denominarlos suavemente).
Desde hace un tiempo se llevan a cabo parodias y recitales sobre el Padre Nuestro y otras oraciones: me acuerdo de un grosero recital de hace unos años haciendo uso de la mal utilizada libertad de expresión. La parodia resultó ser irreverente, soez y asquerosa. La “poesía” que una señora (no recuerdo el nombre) “cagó” por su boca, ofendió los sentimientos religiosos de muchos creyentes.
Al revisar las razones que pudo haber tenido el poeta Rubén Darío cuando decidió regresar a su tierra natal Nicaragua, después de estar ausente por 14 años y 7 meses (abril 1893/nov 1907), resaltan dos asuntos a lograr: la de ser nombrado Ministro en Madrid, España, y La de lograr divorciarse con Rosario Murillo, para así formalizar su amor con la española Francisca (Paca) Sánchez.
“Los poderes emanan del pueblo”. Ayer lo soltó Sánchez. Y seguidamente ofende de forma infame al pueblo con toda la ilegalidad posible en contra del pueblo. La Constitución no es un instrumento del gobierno para hacer lo que le da la gana; es la herramienta del pueblo para que el gobierno no haga el “sanchismo”.
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