Nunca podría imaginarme que, con la cantidad de problemas que hoy nos agobian a los ciudadanos en el ámbito nacional e internacional, mi primera reflexión pública del año la tendría que dedicar a una “cómica/influencer”, como tú, “Lalachus”. Indagando, que no investigando, algunos de los rasgos de tu personalidad en Internet, me encontré con esta perla sobre tu primera relación “sentimental” con tu pareja: “Estábamos quedando las primeras veces, me agaché y se me escapó un pedazo de pedo impresionante y me morí de vergüenza. Era la primera semana que quedaba con él, era todo como idílico, se quedó paralizado, hizo el esfuerzo y se tiró otro.”
No sé si esta relación “idílica”, Laura Yustres, que iniciaste de una forma tan romántica y tierna, alcanzará el éxito mundial de otras parejas famosas en la historia de la humanidad como Cleopatra y Marco Antonio, Romeo y Julieta, los Amantes de Teruel o los forajidos Bonnie and Clyde. Estoy convencido de que si sigues por ese camino de despreciar el corazón humano como depositario de los sentimientos más nobles de la persona y, además, lo utilizas para mofarte y mostrar tu desprecio más absoluto a los millones de católicos que ven en el Sagrado Corazón de Jesús una proyección del corazón humano al amor de Dios, te auguro de antemano que, además de un fracaso “sentimental”, te asegurarás un incierto horizonte personal y profesional…
Pero, aunque intuyo que la lectura de esta carta no merece para ti la mínima atención y menos aún restarle tiempo a tu “cómica” vida, sí quiero agradecerte que tu blasfemia contra Dios me ha motivado para releer una bella Carta Encíclica del Papa Francisco, “Dilexit Nos”, sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. En la sociedad actual, el ser humano, señala el Papa, “corre el riesgo de perder su centro, el centro de sí mismo”. “El hombre contemporáneo se encuentra a menudo trastornado, dividido, casi privado de un principio interior que genere unidad y armonía en su ser y en su obrar. Modelos de comportamiento bastante difundidos, por desgracia, exasperan su dimensión racional-tecnológica o, al contrario, su dimensión instintiva. Falta corazón…”.
Creo que el diagnóstico no puede ser más certero para comprender la innecesaria y chabacana ofensa que has cometido contra el buen gusto, el sentido común y las creencias religiosas de millones de ciudadanos españoles. Examínate tú misma o con ayuda profesional por si, como dice Francisco en su Encíclica, pudieras encontrarte “a menudo trastornada, dividida o privada de un principio interior que genere unidad y armonía en tu ser y en tu obrar”. ¿Te falta corazón…?
Laura Yustres, termino esta breve carta con otras palabras de la Encíclica que expresan un deseo y una oración para que tu corazón, hoy herido o vacío, reaccione y seas capaz de pedir perdón a quien, desde su misericordia, estoy seguro de que sí está dispuesto a perdonarte: “Ante el Corazón de Cristo, pido al Señor que una vez más tenga compasión de esta tierra herida, que él quiso habitar como uno de nosotros. Que derrame los tesoros de su luz y de su amor, para que nuestro mundo que sobrevive entre las guerras, los desequilibrios socioeconómicos y el uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón”. Haz un esfuerzo para recuperarlo y te sentirás mejor…
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