Que un mentiroso quiera cerrar un año y abrir otro, quizas peor, recordando la muerte de un señor llamado Francisco Franco, militar defensor, en su momento, de la legitimidad, por orden de sus superiores, transformado, más tarde, en “atípico dictador”, por las circunstancias derivadas de una Guerra Civil fratricida, es, como mínimo, “sorprendente”, por no decir que es un “sistema de hipocresía barata y populista”.
Ese señor, de quien creo todos saben a quién me refiero, si presume de democracia, de libertad, de honradez, de..., de..., ese señor debería conmemorar los nefastos años 30... LA HISTORIA LOS DECRIBE PERFECTAMENTE: desorden público, matanzas sin sentido, violencia asesina de creencias, división social por ideologías... LA HISTORIA NO MIENTE, puede que algún historiador, olvidadizo interesado, la describa de forma poco equilibrada.
Conmemorar la muerte de una persona para realzar la vigencia del poder personal, es de COBARDES... El valor personal se demuestra respetando los valores democráticos que JURÓ DEFENDER... y que no está cumpliendo. Acudir al cementerio para cantar himnos de victoria es pisar la tierra que poco tiempo después cubrirá sus tristes logros o, si me apuran, su triste vida.
Ni soy franquista, ni socialista, ni del PP, ni de VOX, ni de SUMAR, ni FEMINISTA por la IGUALDAD medida con reglas torcidas... soy un simple ciudadano que desea conocer la historia, aprender de ella y respetar, para bien de todos, la legislación y la división de poderes.
Reunirse para, de forma mitinera, conmemorar la muerte de alguien, sea quien sea, es de personas ruines, sin capacidad de defenderse ante los vivos... incapaz de “dejar a los muertos en paz que bastante tenemos con cuidar a los de nuestro alrededor”...
Señor o señores que se den por aludidos... acudan al parlamento y legislen... otros, que vayan a los juzgados para hacer justicia y el resto, que administren, como buenos profesionales, la economía de todo el país.
No nos hagan oler a muerto porque, por desgracia, ese olor recorre hoy día muchos despachos podridos por los gusanos.
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