Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Colonialismo | colonización | Latinoamérica | UNIVERSIDADES

Elogio de la curiosidad

Se hace necesario cambiar los programas de estudios, los contenidos académicos y avanzar hacia la descolonización con una mirada liberadora protagonizada por los propios docentes
Eduardo Luis Aguirre
jueves, 6 de marzo de 2025, 11:24 h (CET)

«La actividad más elevada que puede alcanzar un ser humano es aprender a comprender, porque comprender es ser libre», (Baruch Spinoza).


Con su proverbial generosidad, Enrique Dussel se apoyaba en Paulo Freire para explicar lo que él mismo denominaba “colonización epistemológica”. De esta manera se refería a los sistemas pedagógicos que se transforman en contenidos de enseñanza de grupos dominadores a lo que aludía como el tema del eurocentrismo. Enseñamos, decía, contenidos educativos de Europa o Estados Unidos en América Latina, o en África o en Asia. Frente a esta realidad señalaba que hay que descubrir nuestros propios temas y ser críticos ante el eurocentrismo. Por eso clamaba por un tema crucial: el de la descolonización epistemológica. Es decir, desde su punto de vista la interpretación de la realidad en las ciencias, en la educación formal que se imparte en el Sur es eurocéntrica y etnocéntrico. Esto vale para las escuelas, pero también para las universidades. Y esa reproducción cultural era fatal para el sur, para los grupos dominados, colonizados y racializados. 


Para descolonizar, entonces, se hace necesario cambiar los programas de estudios, los contenidos académicos y avanzar hacia la descolonización con una mirada liberadora protagonizada por los propios docentes. En las universidades latinoamericanas, particularmente en las argentinas, y especialmente las que menos desconozco, ese giro descolonizador no se ha completado. Se hace como si se avanzara en determinados territorios epistémicos recientes, pero la matriz con la que se enseña sigue siendo, aun bajo un ropaje democratizador, profundamente colonial. Un burocratismo atildado tiende a administrativizar las grandes cuestiones ideológicas. Para ello se recurre al subterfugio de la democratización organizacional, de los derechos humanos imperiales y a la copia impasible de las lógicas anglosajonas y neoliberales. Guay, además, de los pensadores díscolos que se atrevan a denunciar o señalar esos procesos gigantescos de colonización cultural. La compulsión imparable de la curiosidad como una pasión alegre spinoziana es sustituida sistemáticamente por un andamiaje aluvional que parte del individualismo, la competencia, la reiteración y las olimpíadas litigantes, un tributo de vasallaje a los modos de aprendizaje y producción cultural estadounidense. Vale decir, lo más granado de la colonización epistémica. La sustitución de la curiosidad por la ritualización fatua sigue siendo un dato objetivo en la actualidad de nuestras universidades. 


Es imposible no volver a recordar a Spinoza. En 1673, al filósofo judío excomulgado se le ofreció dictar clases en la Universidad de Heidelberg. Por supuesto, la invitación venía acompañada de una "invitación”: no abusar de la libertad de filosofar. El bueno de Baruch declinó la convocatoria.

Quinientos años después, la ética de Spinoza sigue en pie, y cada vez concita mayor adhesión entre los pensadores decoloniales. Esa vigencia inconmovible durante más de cinco siglos, llamativa por cierto, no es más que una anticipación infinita, una bandera que evoca el claudicante maridaje entre producción del conocimiento y dominación que llega hasta nuestros días. Spinoza, grande entre los grandes, nunca fue reconocido por la academia. No fue honorario ni consulto ni emérito. Al contrario, probablemente haya sido excomulgado por segunda vez. Esos pensadores nunca son los más conocidos, pero casi siempre son los más influyentes en la historia universal. Son incómodos, portadores de una curiosidad que se expande, de una ética profundamente humana. Su paso por la vida es un ejercicio continuo y extenuante de resistencia a la normalización y a los dogmatismos. Una permanente interpelación al orden simbólico, al poder del saber hegemónico. Spinoza no fue nunca honorario. Su pensamiento enorme y su ética emancipadora lo condujeron a una eternidad llamativa. Tan austera como aquel negocio oscuro que gestionaba en su juventud, mientras leída a la espera de concretar su obra monumental. Tan decisiva que hasta las izquierdas del mundo convergen todavía a abrevar en sus pasiones y sus saberes, a pesar de haber transcurrido cinco siglos desde que ese hombre enjuto transitara con su curiosidad a cuesta la áspera superficie de las murallas del poder establecido.

Noticias relacionadas

Leo en diversos medios que el Grupo Parlamentario Sumar va a presentar en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para instar al Gobierno a que impulse la fase de decisión y adopción del marco legislativo que permita la emisión del euro digital, a fin de reducir la dependencia que hay en la UE de las dos compañías estadounidenses de pago con tarjeta, Visa y Mastercard. Me ha chocado mucho semejante iniciativa.

En el panorama español actual, es la izquierda quien maneja mejor el discurso y quien se siente más cómoda apropiándose de causas ajenas para convertirlas en propias, aunque nunca por convicción, sino para obtener rédito político y arañar un puñado de votos. Si hay una causa a la que se aferran con uñas y dientes, es sin duda a la del feminismo, politizado hasta el extremo.

Las decisiones arancelarias unilaterales de Donald Trump se cumplieron como una profecía, lo mismo que las réplicas esperables de las demás potencias de cara a esta guerra comercial y tecnológica explícita. Argentina es una de los territorios expósitos que quedaron a merced de la propia debilidad del rumbo aperturista elegido, otra de las graves catástrofes que suma un gobierno de nula imbricación con la ética política.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto