Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de jóvenes adultos, especialmente aquellos con edades comprendidas entre 12 y 35 años, están en riesgo quedarse total o parcialmente sordos debido a la exposición continua al sonido procedente de los dispositivos de reproducción de música y de otras actividades de ocio. Por ello la OMS ha dictado la Norma mundial para la escucha segura en lugares y eventos de entretenimiento donde se subrayan evitar exponerse a ruidos mayores de 100dbs, usar protección auditiva personal y facilitar zonas silenciosas para el descanso de los oídos entre otras.
Especial interés tiene el abuso de uso de auriculares de botón, que promueven la exposición a ruidos intensos y favorecen un deterioro de las células ciliadas que son las encargadas de transmitir las señales al cerebro. “Al no llegar la señal eléctrica del sonido a las neuronas, se produce la pérdida de audición”, explica Carlos O´Connor Reina, codirector del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Marbella y del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar.
Una de las señales que puede alertarnos de un posible deterioro en la audición es la aparición de acúfenos o tinnitus. Son episodios en los que la persona afectada describe ruidos en el interior de los oídos sin una fuente externa. El experto señala que estos “se manifiestan y se mantienen a pesar de haber apagado el dispositivo. Si ello ocurre, siempre hay que acudir a un especialista ya que la detección precoz es determinante debido a que la pérdida de audición en estos casos es irreversible”.
En estos casos se produce sordera, deficiencia auditiva o hipoacusia, un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos. “Es una patología que tiene una importante repercusión en el ámbito laboral y social de las personas que la padecen, en la medida en que afecta directamente a su capacidad para comunicarse con el exterior. Impacta irremediablemente en su calidad de vida”, destaca O´Connor.
Para proteger nuestra audición, es conveniente limitar el tiempo de exposición a ruidos intensos y tener especial cuidado cuando la fuente del sonido sean auriculares. La recomendación médica es limitar el uso de estos dispositivos a 50 minutos al día y que el volumen no supere los 50 decibelios.
Por último, el experto señala la importancia de acudir a un especialista ante cualquier síntoma que alerte de una incorrecta recepción del sonido como es el caso de situaciones en las que no se entienda lo que nos dicen cuando nos hablan o percibir pitidos cuando no existen ruidos externos.
|