Quererte mucho y muyyyyy bien y tener que rechazarte, no se me da demasiado bien, Graviejhl Chotyer Llú…
Querer escapar muy lejos de aquí, romper la raíz, ser sombra encantadora de un dibujito al carboncillo, de los míos, ser luz, mañana clara, pero no morir más que en paz de don Dios y mi buen Jesús, mi salvador, mi rey y gran amor, el hijito y el padre, hermanitos muy grandes y espirituales, hombres de verdad que llenan mi sangre de fuerza para luchar y vencer, incluso contra mí misma. Volver al pasado, ya no lo deseo. Pasa el tiempo y nada me traerá, sólo grises y deformes nubes, con rayos, que serán lágrimas en mi eternidad. Sufrí al conocer tu ruta: Kikuvín, sabías que sería imposible para mí conseguir el amor de otro varón y fuiste diabólicamente felizzzz.
Es la realidad, pero debo rechazarte, claro que sí, pues de aquí debo alejarme, compréndelo y sigue con ella, tu mujer Lucía Ploturs del Bosk Varhetó, de ojos grandes y azules impresionantes, rubia y de buena figura, 89-64-92, con tus dos hijos, niño y niña, he perdido el cálculo de su edad. Acompáñales, aléjate de mí, pero no del todo, mezclémonos a distancia prudencial, con la memoria de elefante africano, si así lo queremos y ¿por qué no estudiar Bellas Artes?, si llegó tan de repente, ¿por qué no entregarse a esta posibilidad que fue casi una realidad de nuestro ayer?
Pues no, no lo haré. El pasado está muerto.
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