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En España los hombres le dan un 6,3 a su vida sexual | |||
Tener sexo una vez por semana, incluidos los mayores de 65 años, es sinónimo de buena salud | |||
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Últimamente las consultas por disfunción eréctil han aumentado un 20%. De cada 10 hombres
cuatro han puesto excusas como el cansancio y el agotamiento para evitar tener encuentros sexuales. Los mismos motivos que dan para justificar los problemas de erección. Hay que contemplar que los problemas de erección pueden ser un signo de otro transtorno de salud.
Parece que los hombres españoles no están satisfechos con su vida sexual. Hemos visto una encuesta a 1.531 varones de 35 a 70 años en la que se recoge que dan un bien raspado a sus relaciones íntimas. Este estudio se hizo en todas las comunidades autónomas. En otro del 1 al 10 otorgan a su sexualidad de nota media un 6,3. Se observa que hay una relación inversa con la edad: mayor satisfacción cuanto más joven. El promedio de relaciones señala el estudio es de 1,3 a la semana, pero es un factor que varía con la edad. Los más jóvenes, entre 35 y 54 años, establecen diferencias significativas y dicen mantener relaciones más de dos veces a la semana, y el grupo con más edad, entre 55 y 70, nos hablan de mantenerlas el 21%, una vez al mes o menos. España está dentro de la media internacional por debajo de Portugal, México o Rumanía, y por encima de Estados Unidos o Reino Unido. Profesionales como la doctora Puigvert, presidenta de la AESS, han señalado que tener una buena salud sexual significa tener sexo una vez por semana, incluidas las personas mayores de 65 años. Una vez por mes, podría existir una patología y habría que consultar con un especialista. "Cuanto mayor frecuencia, mayor nivel de satisfacción, mejor calidad de vida", dice esta experta para quien la actividad sexual supone "múltiples beneficios" a nivel cerebral: más memoria, menos problemas depresivos y de ansiedad en las personas mayores. Además aumenta la autoestima y mejora la vida social, incluso en el trabajo. ¿Qué día prefieren los españoles? Les gusta el fin de semana, en especial el sábado por la noche para mantener encuentros sexuales. En cuanto a la época del año prefieren la primavera o el verano, mejor que otras estaciones frías. Además les gusta aprovechar fiestas señaladas: cumpleaños, o después de una fiesta. Sin embargo, 9 de cada 10 no suelen planificar sus encuentros sexuales. La crisis económica es enemiga del sexo y sus consecuencias generan estrés en la población, y los casos de disfunción erétil tienen un origen psicosexual explican miembros de la Asociación Española de Andrología (ASESA) El estudio nos muestra que el 70% de los españoles ha sufrido alguna vez problemas de erección pero no ha buscado ayuda para solucionarlos. Todos estos síntomas han aumentado con la crisis económica y como consecuencia, se han incrementado alrededor del 20% las consultas a los especialistas en sexología. Este es un trastorno que sufre uno de cada cinco hombres, aún así los españoles son reacios a pedir ayuda cuando sufren problemas sexuales. Un 85%, es decir una gran mayoría prefiere que su médico le pregunte por su salud sexual durante cualquier consulta, antes de ser él el que inicie la conversación. Además de los problemas de pareja las disfunciones sexuales son un "síntoma centinela" sobre los problemas de salud. Nueve de cada diez entrevistados asegura no haber seguido ningún tratamiento para las disfunciones sexuales. |
El salario sigue siendo un pilar esencial en la experiencia profesional, pero ya no es el único, según el “Estudio sobre bienestar y salud laboral en España”, que ofrece una radiografía actual del entorno laboral en España y revela que aspectos como el salario emocional, la salud laboral o la retribución flexible están cada vez más presentes en las prioridades del talento. El informe también señala que un 64% afirma que su trabajo afecta a su salud emocional.
No hace falta creer en fantasmas, ni esperar a que la noche caiga con luna llena y ajos colgando de la puerta y las ventanas. Los vampiros existen. No tienen capa ni colmillos, pero andan sueltos por las oficinas, por los pasillos de casa, por las cenas familiares o entre amigos, están entre nosotros.
Lidiar con una persona pasivo-agresiva puede ser como caminar por un campo minado cubierto de flores. No gritan, no insultan abiertamente, pero cada palabra que dicen lleva veneno disfrazado de cortesía. A primera vista parecen inofensivos, incluso agradables, pero su forma de actuar deja una sensación de incomodidad que va calando poco a poco, como aquella gota de la que hablaba el sabio Salomón. “Decía el Sabio Salomón que una gota constante, ablanda un duro peñón”.
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