Al igual que en toda ruptura matrimonial, el quiebre de una empresa obedece a múltiples razones. Saber qué causa en concreto fue la que acabó con el proyecto que con tanta ilusión empezó, es más que difícil. Pero lo que sí se puede hacer es especular. Vamos a teorizar sobre la razón por la que tuvo que cerrar Andalán. Si usted es muy joven, probablemente no sabrá de qué estoy hablando, pero si ya pinta canas, lo sabrá. Pues bien, me dijo alguien que trabajó en el rotativo que en muchas ocasiones criticaban en sus páginas a empresas e instituciones que mensualmente solían anunciarse en el periódico. Y claro, es de suponer que en el mejor de los casos, la gente se lo tomaba a mal y ponía punto final a su relación comercial. En otras, procurarían perjudicarlo en lo que estuviera en su mano. Y en muy pocos casos, ¿es de suponer que el perjudicado felicitaría al diario por lo atinado y la originalidad de la pedrada? Dicen que emitir juicios es como pescar sin mojarse el trasero. Si hay algo en lo que me caracterizo, es en divagar sobre la vida de los demás, no tanto así de la mía. Por eso me es fácil decir que a Andalán lo mataron quienes lo parieron. Es algo así como lo que le pasó a Napoleón: lo que él perseguía se lo comió. Esto lo deduje porque mientras la persona que trabajó en la revista de información general me comentaba esto, su boca dibujaba una sonrisa ladeada…
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