Acabo de recibir sendas cartas de la Seguridad Social firmadas por Elma Saíz Delgado y M.ª del Carmen Amesto González-Rosón, las cuales me anuncian la subida de mi pensión de viudedad para 2025 relativa a la del año 2024.
El importe bruto me sube 36,79 euros al mes. La retención (IRPF) me sube 15,71 euros al mes. Así, la subida neta final es de 21,08 euros al mes, que equivale a 295,12 euros en total al año.
Siendo ambas compatibles, referida a la pensión de jubilación, no me anuncian nada a pesar de que por edad cumplida y período cotizado (20 años) tendría derecho a cobrarla desde hace 12 años. No me anuncian nada porque, a diferencia del resto de países europeos, la ley española la deniega a quien no ha cotizado dos años en los 15 anteriores a cumplir la edad de jubilación, como es mi caso, y sería igual aún cotizando “solo” desde los 16 a los 50 años.
No libro batalla porque la vida me da. Pero para que no quede solo entre las nombradas y yo, lo expongo abiertamente por si alguien quiere explicar la razón y conveniencia de que, a pesar del agravio comparativo, siga siendo así.
No libro batalla, pero sí reclamo que la libren quienes hacen dejación de su función social-sindical, siendo la principal informar aunque no lo resuelvan.
A primeros de 2024, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, lo quiso poner en la mesa de negociaciones con el gobierno, pero la retiró inmediatamente sin dar la más mínima explicación. Le escribí y aún espero su respuesta.
Aquí, en Euskadi, ni la más mínima mención por parte de LAB ni ELA, a pesar de que, con la coyuntura actual y la dificultad de optar a un trabajo remunerado, quien lo perdió con 50 años no tiene otra alternativa más que tirar de ahorros y cotizar dos años más sin recibir contraprestación con el añadido incierto de ¿qué será, será…? cuando cumpla la edad de percibir la pensión de jubilación.
El trabajo sí, pero un trabajo no dignifica a la persona; nos hace receptores sin más de un medio de intercambio para sustento material, personal y familiar.
Riqueza es otra cosa. ¿Por qué en este país penalizan a quien, después de sacar sus cálculos económicos de sustento para el resto de su vida, decide liberarse de una “esclavitud” y busca alternativas ocupacionales y/o pasionales para su autocrecimiento y desarrollo personal en lo cultural, académico, artístico, espiritual, social, familiar, comunitario, voluntariado, etc.? Esto sí es indigno por despectivo hacia el gobernado y desigual con el gobernante. Impropio en una democracia en la que quien dicta esa normativa castrante bien asegura su retiro dorado con mucha menos autoexigencia y aportación a las arcas públicas.
Oportunidad para el Sr. Pradales, en su primer año completo como lehendakari, ya con competencias para desarrollar una Seguridad Social y Atención Social y Sanitaria con sello de personalidad propia para una Euskadi de mayor progreso.
En su discurso de fin de año nos pedía esperanza, paciencia y confianza, en particular a la juventud, poniendo especial énfasis en que no se dejen manipular por las informaciones falsas. No informar también es falsear.
Nos pide confianza como un acto de fe basado en palabras más que en hechos. Fe no es creer, fe es crear, y la confianza se crea desde hechos demostrados.
Así, haciendo un repaso de lo creado en este país, y me refiero a Euskadi, se puede asegurar que, en los cuatro pilares en los que se sostiene toda comunidad de progreso, estamos en la cola europea en: Educación, gasto en Sanidad, gasto en Vivienda pública y Justicia Social (aforamiento político y obesidad institucional, prestación social-pensiones, transparencia informativa, democracia participativa y corrupción institucional, sobresubvención mediática, sindical y partidos, censura mediática y ocultación estadística, precariedad y pobreza infantil, justicia inasequible, inseguridad ciudadana, habitacional, alimentaria, laboral, sanitaria…), y a pesar de ser así, ¿qué informan los medios?
¿Qué nos llega como información desde los medios de comunicación? ¿Cómo llamar al exceso de gasto público en publirreportajes políticos en esos mismos medios de comunicación? ¿Dónde queda el debate transparente sobre todo esto? Las 15 primeras líneas de este escrito se han enviado en un artículo a 13 medios de la prensa escrita de mayor difusión en el país… ¿lo podremos leer?
Sería que sí, si en la base de civismo se pusiera a las personas, con su criterio independiente y cualificado. Nunca con esas moles de base impersonal como son hoy los medios y siempre los partidos, ambos plegados a los intereses de una agenda corporativizada de mente única y a intereses directivos a modo de corporaciones mercantiles de exclusivo ánimo de lucro más que función social.
Paciencia, mucha; esperanza, solo en uno mismo; y confianza en la vida, también. Y esto último, que les invita a los jóvenes situados en el umbral académico y a punto de entrar en el campo laboral, debería ser la base y el objetivo del sistema educativo desde preescolar. Una educación acompañada y no dirigida.
Pensar para saber, saber para discernir y discernir para elegir; si se dan con la misma naturalidad y voluntad individual que fecundar, concebir y gestar, son los tres pasos que llevan a un buen alumbramiento de personalidades seguras con individualidad autosuficiente. Niños con criterio propio y mente lúcida a la hora de resolver con acierto las diferentes apuestas que nos presenta la vida.
A su vez, desde incómodos e insumisos a lo impuesto, hasta incomprendidos. Pero, como bien decía Miguel de Unamuno: “¿No te entienden? Pues que te estudien o que te dejen; no has de rebajar tu alma a sus entendederas”.
Si asumieran promover esa personalidad librepensante desde niños, nuestros jóvenes serían germen de progreso comunitario y riqueza social para Euskadi. Hoy, frenados por un sistema educativo sin personalidad, calcado y homogéneo, la mediocridad seguirá encumbrada, la nata de nuestra juventud emigrada y el resto de tiernas flores de juventud… compartiremos nuestro jardín "euskaldun".
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