Cuando las ideas las convertimos en ideologías y a éstas les añadimos el cariz político interesado, entonces estamos haciendo de este mundo un sitio ASQUEROSO PARA VIVIR.
La INTELIGENCIA, limpia de conocimientos impuestos, es la única, con la prudencia que caracteriza a las personas que tienen la gran suerte de ser INTELIGENTES, que eliminará del diccionario las palabras que destrozan y pudren la convivencia, la verdad y la libertad: IDEOLOGÍA... IDEOLOGÍAS...
El siglo XX, salpicó de sangre y dolor a millones de personas por sólo hecho de “COMENTAR” e incluso por el interés de algunos de vaciar espacios soleados a la vez que llenaban los inmensos territorios siberianos, adornándoles de dolor, de soledad, de desesperación y, sobre todo, del sentimiento de IMPOTENCIA ANTE LAS IDEOLOGÍAS POLITIZADAS.
Es verdad que la historia nadie podrá borrarla, porque desde el inicio del mundo los “PASAPALABRAS” dedicaron su tiempo en extender con anécdotas las realidades pasadas.
Hoy, en un mundo convulso, ideológicamente dominado por intereses económicos, estamos olvidando a los millones que personas que murieron por culpa de HITLER y sus FEROCES SEGUIDORES, luego cobardes fugitivos por los países sudamericanos.
Hoy olvidamos que la historia de SIBERIA, es la historia de millones de muertes grabada en cementerios de hielo, simplemente por NO QUERER SOMETER SUS IDEAS A LAS IDEOLOGÍAS (bastaría leer con atención “Archipiélago Gulag” de Aleksandr Solzhenitsyn).
Hoy, los “piquitos”, los “tocamientos furtivos”, sin ningún interés más que el del momento, hoy los estamos convirtiendo en guerras “serviles”, que bien utilizadas hacen ganar mucho dinero a ciertas personas.
Me encantaría haber vivido en un mundo de libertad, lleno de verdad, de sinceridad y vacío de hipócritas aprovechados del pobre sin capacidad de crecer por culpa de los IDEÓLOGOS “interesados”. Los que hablamos con palabras ya maduras, porque hemos conocido guerras civiles, guerras por yacimientos con futuro, guerras por DIOSES DE MUCHOS NOMBRES, guerras ciegas de sus propias consecuencias, guerras en las que los seres humanos se convertían en semillas cultivadas en tierras sin nombres... los que así podemos hablar, hoy nos gustaría, imposibilitados, cerrar los ojos y pensar que todo ha sido un sueño, pero por la educación que recibimos lo que sentimos es el aguijón de la propia responsabilidad... Sentimos vergüenza y nos vamos convenciendo que la FE cada vez es más un don, la ESPERANZA un sueño y la CARIDAD un GRAN NEGOCIO.
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