Antes, en mi niñez y posteriormente, todas las iglesias tenían comulgatorio, y los fieles comulgaban de rodillas y en la boca. Soy anciano, algo más que el Papa Francisco, y he visto y sufrido cómo suprimieron los comulgatorios y cómo dan la Sagrada Forma en la mano. Veo y sufro al comprobar que, desde hace mucho tiempo, demasiado, con esta nueva norma se ha desacralizado la Divina Eucaristía, y uno se pregunta: ¿antes creían en la PRESENCIA REAL DE CRISTO y ahora no creen?
Su Santidad puede remediar esta funesta y desacralizadora actuación. SIN LA DIVINA EUCARISTÍA, LA IGLESIA QUEDA CONVERTIDA EN UNA SOCIEDAD BENÉFICO-SOCIAL.
Ruego a Su Santidad que tome en consideración esta petición, que es lo que desean los fieles.
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