Una frase que podemos escuchar frecuentemente, para zanjar una discusión. Siempre me ha llamado la atención: perdono, pero no olvido. Es algo que no está exento de cierto cinismo, porque ahí no existe ni olvido, ni perdón de ningún tipo.
En todas las relaciones humanas, profesionales, de amistad, en el matrimonio, no es infrecuente que surjan malentendidos, discusiones y auténticas broncas, a veces motivadas por nimiedades, otras veces por cosas de más calado. Si nos dejamos llevar por nuestro egoísmo, queremos salir siempre victoriosos y lo acabamos todo con la frase recurrente: perdono, pero no olvido, que es una forma de afirmar nuestra posición y dejar al otro en una posición desairada.
Hace tiempo, tuve la ocasión de ver “El mayor regalo”, un documental del año 2018, que habla del perdón a través de testimonios de quienes lo han dado y quienes lo han recibido. El objetivo es demostrar que el perdón puede con las situaciones más imperdonables: desde una pequeña rencilla hasta muertes violentas durante una guerra. Aborda la necesidad de los seres humanos de comprenderse, para construir un mundo mejor.
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