Santiago Tarín es periodista y escritor, nos ha presentado su último libro, “Los crímenes de los pasos perdidos” (Editorial Alrevés), un apasionante texto que hace no cerrar el libro hasta que te has empapado de todas las historias que contiene. Los protagonistas pertenecen al submundo cotidiano del hampa, ladrones, estafadores, atracadores, asesinos, trastornados, desgraciados. Los llamamos delincuentes, suelen ser gente muy desgraciada procedente de barrios marginales a los que la vida ha dado golpes adversos, todos ellos han vivido en nuestra sociedad, ¿cuál ha sido la causa de su caída en la delincuencia?, para la mayoría el lugar de nacimiento y la familia de la que procedían.

Santiago Tarín, en su libro desmenuza la crueldad de los personajes mediante una escritura hábil que mezcla con ejemplos cinematográficos, libros y documentales, con sus vivencias periodísticas, lo que hace que el relato sea más agradable dentro de la cruda brutalidad.
“Los crímenes de los pasos perdidos”, es una obra que habla de hechos reales, no entra en el mundo de la exageración, del espectáculo de la sangre, este que vemos ahora en los medios de este tipo, la vida puede llegar a ser terrorífica, queda claramente demostrado con los casos que se exponen en el mismo. Santiago nos habla de todo ello para los lectores de este Diario. Muy interesante.

Santiago Tarín
¿Por qué cree que a la gente le interesan tanto los sucesos, explican la dureza de la vida real? Desde el principio siempre me he planteado esto, creo que la gente piensa que le puede suceder a ella, en cada una de las historias que explico en el libro uno se puede ver implicado, cuando se lee en la sección de economía la información de la junta general de un banco, al público, esto siempre le queda muy alejado, en cambio la información de sucesos es muy cercana, puede sucederle al vecino de la escalera, a lo mejor se ha conocido a alguna persona que le ha ocurrido algo parecido, crea mucha empatía, un juicio es apasionante porque es como ver una película pero aquí todo el argumento es real, estás en una sala de vistas en donde hay un fiscal unos abogados y un juez, todo lo que sucede es real.
De su libro he sacado frases como esta: “Los pasos perdidos tienen nombre de tango”, ¿por qué la eligió? Hay tangos que hablan de crímenes, siempre suelen ser muy descarnados, también dicen que es un sentimiento triste que se baila, los sucesos siempre son un sentimiento triste.
También escribe en este libro, “Los crímenes de los pasos perdidos”, que cuando entró usted en el diario “La Vanguardia”, el subdirector, Ibáñez Escofet, le dijo: “el periodista ha de tener una visión literaria”. Sí, él lo pensaba y yo también, el periodista debe tener la ambición de escribir bien, y de explicar muy bien las historias, y eso es tener visión literaria. Yo he procurado tenerla siempre, otra cosa es que lo consigas tener.
También le decía que no se tenía ni que juzgar ni acusar, lo que debe hacer un periodista es explicar, ¿cree que esta máxima, actualmente, alguien la tiene en cuenta? Por desgracia poco, creo que el periodismo está muy radicalizado y hay una visión muy poco humana de las cosas, eso lo ves en todas las acciones, no sólo en sucesos. Por desgracia el espectáculo ha ganado mucho terreno en este mundo, en el de los sucesos y de los tribunales. Hoy el espectáculo es apabullante, ha dejado fuera de juego lo que es la escritura, la intención de explicar una historia.
Habla de Josep Martí Gómez, que fue su maestro y destaca que éste decía que: “a partir del asesinato de las niñas de Alcàsser, la información sobre el fenómeno delictivo se salió de madre”, ¿comparte esta opinión? Eso es cierto, lo que se hace ahora no es buscar ni la información ni explicar una historia más o menos correcta, sino buscar el espectáculo, es terrible.
Explica en este libro, que en la Ciutat de la Justicia de Barcelona leyó un cartel que decía: “Los ricos nunca entran. Los pobres nunca salen”, hoy, hemos visto a ricos que si que han entrado en la cárcel Eso era un lamento de alguien que tendría un problema grave, es cierto que ante un procedimiento judicial, a veces, una persona puede contratar un buen despacho de abogados y gastarse mucho dinero en expertos, éste tiene alguna ventaja sobre aquel que no puede hacer nada o bien poco y tiene que acudir a otro tipo de profesionales.
¿Su padre fue un renombrado periodista, este hecho hizo que usted decidiera ejercer la misma profesión? Para mi, a pesar de mis antecedentes familiares, fue una casualidad entrar en el periodismo. Hice el Bachillerato de Ciencias, estudié Ciencias Biológicas y mis amigos de infancia le dirían que yo siempre les comentaba: “lo único que sé es que yo no seré periodista”, y al final, mire, tengo 42 años de experiencia en redacciones, y llegué a sucesos de casualidad, todo en mi vida como periodista ha sido muy casual, y, por suerte, muy afortunado.
Usted es hijo, hermano, sobrino y cuñado, todos periodistas, en las fiestas familiares, ¿hablan de periodismo? Los días de Navidad podríamos haber hecho un diario, un diario que seguramente nunca se publicaría.
¿Cuando los delincuentes van a declarar ante el juez se inventan cosas? Si, hay denuncias inventadas, en el capítulo en el que hablo del delincuente de Mataró que nunca existió, explico que hay gente muy loca, los he visto en vivo y en directo, a veces se les acusa de hechos que no son culpables, hay gente que está muy mal de la cabeza como este pobre hombre que denunciaba al delincuente de Mataró, era un hombre sevillano que trabajaba en Barcelona, tuvo un problema con su jefe, trabajaba en un despacho oficial, era un alto funcionario, se trastornó y empezó a denunciar a su jefe que le despidió, y según él, su jefe, era el culpable de todo.
¿Los nombres que aparecen en el libro son los reales de los personajes? En algunos capítulos aparecen los nombres reales, pero en otros no. Son personas que ha cumplido condena y a veces nombrar a personas que ya cumplieron no es necesario, como también puede ser complicado para las familias de las víctimas.
Hubo un delincuente que decía: “En la escuela te enseñan a leer y a escribir, en la Iglesia a rezar y en la cárcel a robar”, ¿ se lo dijo a usted alguna vez? Era conocido como “Dieguito”, esto lo dijo en un documental, era un hombre muy desgraciado, a mí me hizo mucha pena porque lo vi algunas veces y me escribió, era un delincuente marginal de los años ochenta, al final todos acabaron toxicómanos. Le salió todo mal, era un atracador duro que acabó muy mal, este tipo de delincuentes tenían una cierta filosofía de la vida que era para escucharlos, éste te explicaba un montón de historias, y he de decirle que las prisiones de los años 80 no eran las de ahora, eran horribles, eran como almacenes de gente que habían sido tiradas allí y se olvidaban de ellos, de inserción nada.

Rafael Bueno Latorre
En su libro habla de Rafael Bueno Latorre, un delincuente muy peligroso, según la policía y los agente judiciales, algunos de estos malhechores desaparecen. Rafael Bueno desaparece en el año 1984 y nunca se ha sabido nada más de él, nada de nada.
¿Qué pasa con la familia de esta gente? Hay que estudiar la historia de las personas que están implicadas en los casos, en los años ochenta cierto tipo de delincuencia procedían de barrios marginales, hijos de emigrantes con dificultad de vivienda, de trabajo, estamos hablando de barrios en donde no había alcantarillado, esto desapareció con los Juegos Olímpicos y ahora ha vuelto a aparecer en barrios de Barcelona en donde hay pisos de chabolas, es gente que tenían muchas carencias, ¿por qué unos tiraron para adelante y otros se dedicaron a delinquir?, seguramente porque las familias de los que van hacia adelante estaban mas estructuradas que las familias de los otros, por ejemplo, la familia del Vaquilla era un desastre, los inspectores me explicaron que al Vaquilla le obligaron a robar desde que era niño, ¿qué esperas?, tenían una vida muy complicada, lo digo en el libro, comprendo las situaciones sin justificarlas, pero hay que saber de dónde y de que ambiente proceden estos delincuentes.
¿Qué pasó con un delincuente conocido como Dani el Rojo? Dani venía de una familia de clase media, tuvo malas compañías y se complicó la vida con muchos líos, Dani es muy simpático, alto y fuerte, trabajó como guardaespaldas de cantantes, ahora tiene una vida muy correcta y muy normal.
Explica en el libro que Dani entró en la cárcel vestido de Zegna y con un Rólex, ¿era de su propiedad o lo había robado? No lo sé, era un tío que tenía dinero, tenía una buena vida o la hubiese podido tener, pero a veces las cosas se tuercen y no se sabe cómo, la familia de Dani no era como la del Vaquilla o la del Bueno Latorre, la de Bueno era una familia muy correcta, eran emigrantes y con pocos recursos, tuvo un hermano complicado, pero sus padres eran muy trabajadores y honestos, pero ellos escogieron otro camino.
En el capítulo “Jubilado invisible” relata la historia de un hombre que, en una discusión, mata a su mujer y acuchilla a su hija, eso pasa después de treinta años de vida tranquila, ¿qué pasó realmente? Creo que lo de este hombre fue un trastorno mental absoluto, en este caso se contempla una rebaja de la pena por la enfermedad mental que presenta, pero hubo condena y este hombre fue a la cárcel. Fue un caso extremo producto de una fuerte enfermedad mental. Para este hombre la jubilación y la relación familiar hicieron aflorar la enfermedad, fue tremendo.

De izquierda a derecha: Olga Tubau, Santiago Tarín e Ignacio Martínez Pison
En el libro habla de películas como “Atraco a las tres”, “Atrápame si puedes”, “Toma el dinero y corre”, del libro ,“Tras el suceso”, del documental, “Los Profesionales”, las películas, los libros, los documentales, ¿se basan en los guiones de profesionales o bien son copias de casos que han pasado realmente? Entre los guionistas profesionales los hay que tienen una gran inventiva, y muy buena, yo no la tengo, la vida real te da muchos argumentos, a veces es mejor no fijarse en ellos. Con Sandra, mi mujer, siempre que vemos alguna serie comentamos que todo lo que estamos viendo ha salido en los periódicos, la base, son hechos reales, la realidad es brutal.
¿Se lleva a casa los temas que le afectan como profesional? No. A veces algún caso me ha hecho pensar más que otros, pero no los puedo llevar siempre conmigo porque estaría enfermo, no te puedes implicar, es como un médico o un abogado, esto es un trabajo.
El prestigioso fotógrafo Fernando Toro va a Bocaccio, donde está la flor y nata de Barcelona, y después de estar en la cárcel, vuelve a Bogotá, su país, y dice: “soy un artista”, ¿la gente, una vez reinsertada, no puede seguir estando en el lugar donde delinquió y cumplió la pena? Sí puede, aunque es muy complicado, a muchos toxicómanos les dicen que se alejen de su entorno porque en caso contrario no hay forma de desintoxicarse. Una manera de reinsertarse es empezar una nueva vida, y una nueva vida muchas veces la tienes que comenzar lejos de dónde has estado, Toro volvió a Bogotá y ha hecho cosas que están muy bien, ha presentado exposiciones muy buenas y es un fotógrafo, para mí, de una categoría impresionante, creo que cuando salió de aquí dijo que ya tenía bastante: “vuelvo a casa y ya he pagado todo lo que tenía que pagar”.
También recoge en su libro una anécdota del diario “EL Noticiero Universal” del que su padre era director, en donde explica que una astróloga le dijo a su padre: “Manolo veo en tú futuro…..” y su padre le contestó: “todo bueno… que pago yo”, esta anécdota le sirve para explicar casos terribles, vistos en sede judicial sobre astrólogos y videntes que decían ayudar al público mientras los estaban estafando. Hace poco se vio un caso de este tipo, lo leí en prensa porque ahora ya no voy a ninguna sede judicial, caraduras hay en todas partes, supongo que hay gente que cree en todo esto de que alguien puede contactar con el otro mundo y hay personajes que van disfrazados al juicio como si fueran babilonios o rumanos, aquellos que ves en las películas, adivinan el futuro, y te explican unas cosas espantosas, juegan con la credibilidad de la gente, una tarotista había estafado 700.000 pesetas en el año 1999, la clienta la denunció y después la tarotista intentó matar a la clienta.
En el libro habla de Firpo, un hombre que quiere ser intelectual y en realidad es un atracador. Era un estafador, un atracador es el que entra en un banco y se lleva el dinero, el otro es el que toma una propiedad que no es suya, hay gente que ha intentado robar la Tour Eiffel.
Luego hay otro caso que usted compara con Al Pacino, el protagonista de la película “Esencia de Mujer”, un ciego que según la gente no es ciego Judicialmente era ciego, lo demandaron porque dijeron que falsificaba su ceguera pero no prosperó, lo declararon ciego.
Escribe sobre Carmen e Iva y Alberto y Rosario, ¿esta gente está más afectada por el sistema, por la sociedad, que no por la justicia? Estos casos, que recojo en un minicapítulo, es el desastre absoluto, son personas que tenían una vida muy normal, siempre me ha afectado mucho ver a personas que tienen una vida superior a la mediana y de repente tienen un golpe adverso y se vienen abajo, y acaban durmiendo en la calle. Iva pasó de ser bailarina de streptease, de ser guapa y deseada, a morir en la inanición, te preguntas ¿por qué?, pues la vida fue a peor, y Alberto deja morir a su hermana Rosario, eso es la pobreza, es la miseria, la miseria, mata.
Cuando explica el saqueo del Banco Hispano Americano de la calle Fontanella de Barcelona parece que los atracadores actúen como cuando mataron a Carrero Blanco. No tiene nada que ver, éstos atracadores eran unos profesionales de este tipo de delito, ya habían hecho otros y para llegar a las cámaras de seguridad de la calle Fontanella, tenían que cavar, necesitaban zapadores y los trajeron desde Italia, cavaron el túnel y consiguieron atracar al Banco, era una banda muy organizada y muy profesional, eran italianos.
¿Cómo es que no los encuentren cuando estuvieron días cavando el túnel? Encontraron un local que estaba en alquiler desde hacia meses, empezaron a trabajar y cuando llegaron a cierta profundidad nadie los vio, los escombros no los sacaban, los dejaban en las cloacas, en otra ocasión los detuvieron y fue por casualidad, esta vez les salió todo perfecto, eran unos súper profesionales, eran de película.
¿Los delincuentes se visten de seductores y en el momento de actuar se camuflan? Sí, la apariencia, es una, y lo que hacen, es otra, eso está muy descrito en “Natura Científica de la psicología del crimen”, es decir, el embaucador, el narcisista, a primera vista los ves de una manera, cuando en realidad son de otra.

"El Mula", foto de Los crímenes de los pasos perdidos
¿Hay robos y asesinatos que nunca se llegan a conocer? Nunca se llega a saber el culpable, sí. Hay crímenes que nunca se han llegado a esclarecer.
Y muertos que se han quedado en una cuneta Muertos y desaparecidos que nunca los encontraron, nunca jamás, a lo mejor están muertos o desaparecidos, o no, pero el caso es que no han aparecido.
¿Es cierto que algunas personas se han hecho operaciones de estética para pasar desapercibidos? Ha ocurrido alguna vez, si, en casos de la Mafia italiana, algún mafioso que se reformó la cara.
¿Mediante Internet se roba de manera diferente? Ahora se han añadido delitos, y hay otros que han desaparecido, los estafadores bancarios de antes actuaban de una manera que al no haber correo electrónico, sin Internet, no había teléfono móvil, no se podían comprobar las cosas inmediatamente, ahora no se puede ir a cobrar un cheque falso, es muy difícil, en segundos la persona que está en la máquina del banco ve que ese cheque no es correcto.
¿Ahora se conocen más estafadores, más robos, más asesinos, que en la época de Franco era imposible que aparecieran? La técnica policial ha mejorado mucho, por ejemplo, ahora toda Barcelona, está llena de cámaras, antes no, antes todo era a pico y pala, se iba a pie a buscar a la gente, se ha avanzado mucho en la investigación, los policías de los años 50 no tenían los métodos actuales.
En el desastre de la DANA que hemos visto recientemente en Valencia, supuestamente, se sabe quién tiene la responsabilidad de esta tragedia, ¿por qué no interviene Fiscalía? Esto no se lo sabré decir, porque no lo he seguido al día a día.
¿Y en el caso de los 7291 abuelos que murieron en época de la COVID en la Comunidad de Madrid? La Justicia creo que tiene que intervenir en los dos casos, ahora, no tengo la respuesta del porqué no lo hace.
Rato, Bárcenas, Rossell, estuvieron en la cárcel, eran personas con un buen trabajo, ¿es por eso que ya han salido reinsertadas? Rossell, fue declarado inocente, este tipo de delincuencia que es la corrupción, es muy distinta a la otra, a la de un estafador normal y corriente, esta es otro tipo de tipología, estas personas que cita lo que es difícil es que vuelvan a hacer negocios en el sector público.
¿La justicia es legal? En el libro digo que la legalidad y la justicia no son lo mismo, explico un caso en el que detuvieron a dos marroquíes por violación y no eran ellos los culpables, están condenados judicialmente por un procedimiento reglado, eso es la legalidad, no es justicia, pasa pocas veces pero pasa.
¿Los jueces se equivocan? Sí, todos nos equivocamos, y por eso hay recursos y a veces una sentencia dictada se cambia en otro tribunal superior, o, a veces, hay errores clamorosos en la historia judicial, como el caso por el asesinato de Rocio Wanninkhof donde se condenó a Dolores Vázquez, y después resultó que no fue ella la asesina.
¿Cada persona interpreta la justicia desde un punto de vista que no es? Yo puedo tener un criterio que no tiene por qué ser el del juez, el juez tiene otras herramientas que yo no tengo y otras técnicas, puedo pensar una cosa distinta a la de él, otra cuestión es que tenga la razón, tampoco tengo por qué tenerla, a veces pasa, estoy en un juicio y creo que irá de una forma y sale otra.
Hay personas que han sido juzgadas sin tener ninguna culpa, ¿cómo pueden continuar con su vida? Creo que nunca se puede volver al punto inicial, una vez has estado inmerso en un proceso judicial la vida cambia definitivamente, aunque seas inocente, cada caso es un mundo, cuando entras en un proceso judicial la vida te cambia y no para bien, no eres la misma persona, cambia todo, es muy duro, un proceso judicial es una cosa muy dura de soportar. Nunca jamás volverás a ser la misma persona.
Cuando Mario Conde y Tejero estuvieron en la cárcel la gente decía que comían langosta, tenían un baño especial, que tenían una vida de lujo, ¿eso es cierto? No tengo ni idea pero eso no es viable, la cárcel ahora está en mejores condiciones que hace treinta años, la cárcel no es un lugar agradable, no es como ir de vacaciones, pero ahora tienen equipos médicos, psiquiátricos, sociales, pueden trabajar, pueden estudiar, la masificación siempre existirá pero no es la de los años ochenta, era una barbaridad.
¿Por qué antes había tantos robos a bancos y ahora no hay? Los bancos ahora tienen muy poco dinero en efectivo, no es como antes que todo era muy fácil, no había medidas de seguridad, tenían mucho dinero en la caja, ahora es más complicado, ahora, cuando pides dinero en efectivo al banco, tienen que introducir contraseñas, un ladrón, en este caso, trabaja con mucho riesgo por poco dinero, por eso no hay ladrones de bancos.
También había fugas de las cárceles, hoy, poquísimas, los delincuentes de los que usted habla en su libro se fugan, y muchas veces entran y salen de la cárcel, ¿qué está pasando? La tipología del delincuente ha cambiado mucho, delincuentes como Bueno de la Torre o Dieguito el Malo, han pasado a la historia, y la seguridad de las cárceles es mucho mejor ahora, la cárcel Modelo de Barcelona tenía más túneles que el Metro, y todo el mundo cavaba y tanta gente metida allí dentro era mucho más difícil de controlar, no había cámaras de televisión, la seguridad en la cárceles ha mejorado mucho, y el delincuente no es el mismo
¿Ahora, cómo es el delincuente más peligroso? Ahora hay mucho sicario, hay mucho asesinato en el mundo del tráfico de drogas que no preocupa tanto porque están dentro del submundo de la delincuencia, se contratan a sicarios, vienen, cometen el asesinato y se van, nunca se sabe quiénes son y son muy profesionales.
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