Hace unos días -no recuerdo exactamente cuándo fue- los niños de un colegio de Badajoz celebraban “El día de la Paz”, y entre ellos estaba una niña preciosa que rebosaba inocencia -como todas las niñas y niños del mundo- que cuando le tocó decir la frase sobre La Paz, dijo llanamente el título de este escrito. Será quizás por la edad y por el pacifismo que uno lleva dentro, me emocionó esa sencilla frase, y por eso, he querido plasmarla en un escrito. En uno de los casi ¡600 escritos! -no artículos- que servidor lleva publicados, preferentemente, en periódicos digitales; aunque hubo un tiempo en que periódicos de papel de mi región (Diario Hoy y El Periódico Extremadura, sobre todo este último) me publicaron bastantes, e incluso periódico de tirada nacional (El Mundo, ABC, El País y alguno más que ahora no recuerdo) también se hicieron eco de mis “radicales” reflexiones en alguna ocasión (pocas, lógicamente, la verdad).
Escribir es una pasión y leer para poder hacerlo otra. Hoy me he encontrado una frase muy significativa de Rosa Luxemburg sobre La Paz que deseamos los que no mandamos en nada ni nadie y queremos vivir tranquilos sin bombas ni “asesinatos selectivos”, sobre todo, de niños inocentes e indefensos a los que algunos DEGENERADOS llaman terroristas.
¡Por Dios!, no tienen edad para cometer actos “terroristas”. Los verdaderos terroristas, los que bombardean escuelas y hospitales a los que luchan por sus tierras -suyas desde el siglo VI A.C.-, son esos soldados de Israel con el argumento insostenible de haber sido atacados por los que, tras haber sufrido demasiadas injusticias sociales y perdido sus tierras a manos de unos colonos israelitas armados hasta los dientes, se han radicalizado y atacan como pueden, siempre de frente y no como los otros con las armas que los yanquis les proporcionan de última generación sin respetar nada de nada ni a nadie, ya sean niños, mujeres o ancianos y enfermos.
Decía Rosa Luxemburg que “quién no se mueve, no siente las cadenas” y tenía mucha razón, no se puede ir por la vida de pasotas y que me lo den todo hecho. Hay que estar en la calle, escribiendo, haciendo teatro, cine, lo que sea para intentar cambiar este mundo miserable en que vivimos, especialmente, desde los últimos siglos.
En esas guerras que nos asolan -como todas por motivos económicos- hay que hacer caso a esa niña que leyó el título de este modesto escrito y buscar La Paz sin peleas. No hay que hacer caso a eso tan conocido de “si quieres la paz, haz primero la guerra”. No tiene razón de ser, se puede vivir sin que nadie pase miedo ni temores por culpa del dinero y de los que más lo disfrutan, que, por cierto, nunca están en medio de la guerra como hacía -quizás el único que lo hacía y lo ha hecho a través de la historia- Alejandro Magno, que siempre iba a la cabeza de sus guerreros en todas las batallas.
Ese ¡maldito dinero! que inventaron, según Heródoto, los LIDIOS introduciendo monedas de oro y plata en el siglo VII A.C. y que sustituyó los llamados trueques, es el culpable de todos los males que asolan el mundo. Y de dinero va la cosa en la actualidad y sus inventadas guerras que ya no sólo azotan África, sino que han llegado hasta el mismo corazón de Europa. Les recomiendo que lean encarecidamente el artículo de David Márquez “Ego y dinero” para sacar conclusiones de lo que significa “la pasta” en ciertas manos como está.
Por otra parte, la UE se va quedar -como ya dije en otra ocasión reciente- con el culo al aire cuando se firme la Paz entre gringos y rusos y se repartan el botín ucraniano por su propia culpa. Y esos ¡800.000 millones de euros!, casi un billón, o un trillón como llaman en ese país de los yanquis, sólo va servir para engordar las arcas de esas empresas de USA que son los mayores fabricantes de armas del mundo, puesto que para hacer lo que quiere ese presidente “subnormal” francés, embustero, hipócrita y falsario, habrá que acudir a esas empresas para militarizarse o remilitarizarse para una guerra, ya que, ningún país de la UE tiene medios para hacerlo con visos de éxito. Nadie que esté en su sano juicio se cree esa “fake news” de que nos vayan a invadir los rusos, que, dicho sea de paso, a los demás europeos no nos han hecho nada que no sea haberle parado los pies a auténticos invasores como fueron los alemanes de Hitler (gracias a ellos hoy tenemos esas democracias de que presumen tanto los “chicos y chicas” de la UE) o en otros tiempos más lejanos al invasor francés Napoleón.
Por cierto, muy listo -aventajado, más bien- ese narciso fascista de los gringos, Donald Trump: ¡os rearmáis y me compráis las armas a mí que soy el único que fabrica las que os hacen falta! Pero, por ejemplo, España no necesita ningún rearme, nadie nos va a invadir -Rusia menos, ya nos ayudó en la República para las libertades, aunque sin éxito por culpa del fascismo reinante en la época- y lo que tenemos que hacer es salirnos de esa “basura de provocadores” yanquis llamada OTAN, donde nunca debimos entrar y no hubiéramos entrado de no ser por uno de los muchos embustes de D. Felipe Gonzáles Márquez, que en una sola noche se vendió al canallesco capital. Y si por alguna razón -impensable por el momento- alguien viniera aquí con ánimo de quedarse con lo nuestro, para defendernos, y defenderse ellos también, están esas BASES de los americanos (no quiero abusar del vocablo mexicano gringo) repartidas por el país que nos cuestan nuestras “perritas” cada año que pasa. Además, ¿por qué no les compramos -si se da el caso más que improbable- esas armas innecesarias a los rusos? Son mejores y más actualizadas que las de USA y valen la mitad… como el gas, por citar algo que ahora pagamos un 45% más caro y lo tenemos que refinar.
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