El día 10 de este mes (marzo de 2025) se presentó para todo el mundo el videoclip musical de la canción “Caballo Negro”, de John Conde, que pertenece al álbum homónimo. Este álbum es, a su vez, el segundo disco que cierra el ciclo que abrió “Toro”, el primer álbum de John Conde con canciones propias, aparecido en 2021, y que tuvo gran repercusión, buenísima recepción y con el que hizo multitud de conciertos, en concreto, dos años seguidos de conciertos.

CONCIERTO PRESENTACIÓN DEL ALBUM “CABALLO NEGRO” EN HUELVA
El primer concierto que John Conde y sus músicos darán para presentar “Caballo Negro” se producirá el jueves 20 de marzo de 2025 a las 20:00 horas, en la Universidad de Huelva dentro del ciclo Cantero Rock, en el Auditorio de la UHU, Edificio de la Escuela Superior de Ingeniería (ETSI), Campus del Carmen. Venta de entradas exclusivamente online en la web: www.momotickets.com.
Estoy convencido que llenará el auditorio, como suele hacer este músico onubense con sus shows musicales, que es tan respetado y querido en su provincia y conocido y reconocido por distintas cuestiones musicales internacionalmente, pues así como en la actualidad (de los últimos cuatro o cinco años) Conde se ha centrado en crear, generar y grabar canciones propias para los dos álbumes citados, su carrera musical es larga, nutrida y muy relevante. Aunque ya me sé sus principales hitos artísticos, tomo prestada esta bio sucinta del músico del portal La mar de Onuba, quienes por supuesto citan mejor que yo que: “Con tan solo diez años [John Conde] se introdujo, guitarra en mano, en un recorrido vital a través de la música, sobre todo del rock, y a los catorce debutó en el Festival Venalparke con su primera banda, Diabolic Force. Tres años más tarde se unió al hoy mítico Siberia, después Raspadura, que grabó disco en Alemania, y más tarde Almadura, que significó el comienzo de una notable proyección internacional.
"Al concluir esta segunda etapa se traslada a cursar estudios privados de armonía y técnica por varias ciudades como Oporto, Madrid y, finalmente, Sevilla. Durante esos años también se ocupó en trabajar como guitarrista de sesión para diferentes estudios de estas ciudades. No podemos olvidar su dedicación a músicas étnicas como el folk irlandés y a la música sefardí, grabando con varias formaciones como Las Bruxas, Rania, Contradanza, o Nando Juglar”.
Vamos, que si alguien se pregunta cómo controla tanto (y tan emotivamente toca) la guitarra este bardo moderno, ya sabe que es porque desde casi niño se lanzó a tocar melodías, sintió la llamada desde debajo del suelo y desde la azul bóveda angélica habitada de animales mitológicos, y celeste y liberado como el albatros comenzó a generar canciones, singulares y libres como el animal más salvaje.
CANCIÓN “CABALLO NEGRO”, LA FUERZA PRIMIGENIA DE LA MÚSICA
Podría hacer un detalle de lo que me ha parecido ver (lo he visto ya muchas veces, y más que lo veré) el videoclip de la canción “Caballo negro”, pero no lo haré. Emplazo al lector a que entre en el portal youtube y busque la canción y vea el vídeo y escuche el tema. La magia, aquí, se produce más por la sorpresa que por ir avisado.
Sólo diré que, así como ya hizo con el primer álbum con canciones en solitario, “Toro”, que dejó con la boca abierta a propios y extraños, por la fuerza, brillantez, solidez, profundidad y belleza de las melodías y canciones, con “Caballo negro” (si cabía, que yo creía que no), ha dado un paso más adelante (en calidad y complejidad), en el infinito (en su infinito de visiones) caudal que contiene su pecho emocionado, y nos ha dado una canción (me refiero a la primera que podemos escuchar; el disco contiene 10 temas) que nació con ansia eterna, una canción que enloquece porque es loca, en un sentido muy poético de la locura. Salvaje, silvestre, lejana a la urbe y lejana al raciocinio, “Caballo negro” refleja de inicio a fin las inquietudes musicales de John Conde, quien no se queda quieto, no ofrece como les es de esperar a buena parte de los músicos actuales, por desgracia para la música y para ellos, melodías reconocibles, sencillas, “populares”, para vender y estar a bien con los receptores (canciones bailables y cantables para hacer bolos) sino, más al contrario, John Conde, como los poetas de verdad, se introduce en lo más profundo de su ser, y de su ser en el mundo, y como picapedrero de lo más jondo de la tierra y de la noche y de los misterios no nombrados, nos ha traído un mito. El mito del caballo negro, un animal que se libera y trota, y trota por donde le da la gana. Sin riendas ni jinetes.

Ahí entré yo, humildemente, para ponerle letra a ese sentido, que en conversaciones tan hábilmente el músico me trasladó. Con su humildad, con su entrañable sencillez, me habló de lo que quería para la canción, y me pidió que volviera a colaborar con él, en este tema (como ya hice en el primer álbum con el tema Toro, donde recité el poema antitaurino y antiespecista de igual nombre). Para mí siempre es un honor colaborar con músicos buenos, pero colaborar con músicos genios, y este es el caso de John Conde, significa además de una alegría una gran responsabilidad. Así que imaginé distintas versiones de poema para ser recitado al inicio de la canción y en su mitad (luego, la parte recitada de su mitad fue desechada tal idea porque quedaba tal trozo muy abigarrado, y quedó relegado ese trozo del poema para que apareciese en letra al final de la canción. Me parece que el completo ha quedado precioso).
Imaginé, como acordamos, una letra que hablase de un mundo en constantes cambios pero que, hoy, requiere uno universal: un gran cambio. El que sueño constantemente, el de las liberaciones, aquel en que cada ser pueda hacer lo que su naturaleza le pide y con lo que es feliz y donde no haya esclavitud ni cadenas, ni establos ni amos sobre nuestras espaldas azotándonos. Conde ha sido siempre fiel a esa consigna de libertad, él es ese caballo negro. “Sabes que yo... como artista... soy una persona de altibajos... y eso se representa en mi música”, me dijo hace poco. ¡Cuán cierto! Cuando quien esto lee escuche el tema verá qué rico en giros y matices y contramelodías, y en consecuencia, natural, real, música suelta como en sus mejores tiempos en los que los músicos no pensaban en si rentaría el tema que estaban creando sino que eran fieles a sus instrumentos, a su inspiración, tiempo en que eran caballos negros, galopando en la noche. Y que galopando en el día podían ser temidos o respetados, pero nunca pasarían desapercibidos.
Así el genio, así la dignidad de la música digna, la que no se vende y por tanto no es esclava. Escucha la canción y oirás mi voz con los primeros versos y leerás el final del poema al final del vídeo. He de decir que en la letra con la que colaboré para la canción, esta deviene de un par de versos del poemario “La Bella Revolución”, edición definitiva (La Tortuga Búlgara), que extendí en tres estrofas.
Yo sólo puse, desde el Reino Poético -único lugar del mundo que tiene rey, y es reina, Inocencia-, una voz y un complemento de alma a la brutalidad musical plena de espíritu que Conde ha creado. Ponte los cascos para escuchar el tema, debes escuchar todos los matices. Celébralo, porque ya es el día en que “cambiaron tiempos”, y todo va a ser distinto. ¡Feliz día en la presentación de tu álbum, hermano John Conde! (Todavía recuerdo aquel día en que acudí a Huelva, junto con La Madueño, para grabar el vídeo de la canción “Toro”, yo andaba algo aturdido, ¿recuerdas? Y tú y Ely nos tratasteis genial a Sandra y a mí, con excelente comida vegana, qué buenos anfitriones. Yo andaba en ese entonces exhausto, con todas mis loqueras, lo recordaréis, y vosotros reísteis conmigo al yo contaros esas loqueras y lo que provocaban por entonces en mi cabeza, así que ya ves, hermano, todos tenemos “altibajos”, ralladuras, oscuridad y luz que combaten: ¡somos artistas! Que lo importante es la linealidad de la marcha. Y la tuya es admirable porque, como yo, no admites “jinetes”, ni te amarrarán jamás por muy cerrada y confusa que sea la noche.
Letra poema Caballo Negro:
APARECE RECITADO:
Entonces cambiaron tiempos y los jinetes cayeron de arriba de los caballos Y se alzó un caballo negro
APARECE EN TEXTO AL FINAL DEL VÍDEO:
Caballos sobre las dunas Relinchos por las mareas Nuestro corazón dormido que galope sin las cuerdas.
Me hice grande en un momento y el mundo rompió sus puertas. Que nos sigan los vaqueros. ¡Tú y yo al Sol, que no nos llegan!
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