Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Psicología y sexualidad
Etiquetas | Propósitos | Objetivo | Vida | Felicidad

El impacto del propósito en tu vida: más allá de la felicidad instantánea

Surge cuando dejamos de preguntarnos: “¿qué necesito?” y empezamos a cuestionarnos: “¿qué puedo dar?”
Llucià Pou Sabaté
miércoles, 2 de abril de 2025, 08:54 h (CET)

1. Introducción: La pregunta que puede cambiarlo todo


¿Para qué estás aquí?


Es una pregunta incómoda, pero transformadora. Frente al habitual “¿por qué me pasa esto?”, el “¿para qué?” abre una puerta distinta: una puerta hacia el sentido profundo, hacia el propósito. No se trata de encontrar una única respuesta reveladora, como si el propósito fuese un tesoro oculto. Se trata de un camino que se construye día a día, con cada decisión, cada relación, cada gesto.


Descubrir el propósito no es una obsesión que se resuelve con esfuerzo, ni una meta lejana: es un modo de vivir con más conciencia, conexión y significado.


2. El propósito como un camino de contribución


El propósito no se encuentra únicamente “mirando hacia dentro”, sino saliendo de nosotros mismos. Surge cuando dejamos de preguntarnos “¿qué necesito?” y empezamos a cuestionarnos: “¿qué puedo dar?”.


A veces creemos que necesitamos grandes gestos para vivir con sentido. Pero lo cierto es que cada pequeña acción de generosidad, cada muestra de afecto, cada perdón ofrecido… es una forma concreta de propósito en acción.


¿Puedo mirar con compasión a quien me irrita?

¿Puedo dar un abrazo donde antes había distancia?

¿Puedo actuar con bondad incluso si no hay reciprocidad?


Estas preguntas no son solo éticas. Son caminos hacia una vida más plena.


3. La diferencia entre felicidad y sentido de vida


Ana Sainz-Pardo explica con claridad dos ideas clave:


La felicidad es un estado emocional fugaz. Puede depender del clima, de un logro puntual, de una buena noticia. Y, como tal, va y viene. Buscarla compulsivamente puede generar más ansiedad que bienestar.


El sentido de la vida, en cambio, se cultiva. No necesita que todo sea perfecto. Nos sostiene incluso en el dolor. Cuando cuidamos a alguien que amamos, cuando trabajamos por un proyecto importante, cuando superamos una pérdida y seguimos amando… estamos conectando con el sentido.


El propósito da solidez, arraigo, profundidad. No siempre es placentero, pero sí profundamente humano.


4. Cómo el propósito transforma nuestra vida y trabajo


Emily Esfahani Smith propone cuatro pilares fundamentales del sentido:


Pertenencia: Relaciones auténticas donde damos y recibimos valor.

Propósito: Contribuir con algo más allá de uno mismo.

Trascendencia: Sentir que formamos parte de algo mayor.

Narrativa personal: Dar coherencia a nuestra vida a través del relato que construimos sobre ella.

Cuando estos pilares están presentes, la vida adquiere una dirección clara. Y esto no solo transforma la esfera personal: también da un nuevo sentido a nuestro trabajo.


Imagina una empresa donde los empleados sienten que su tarea diaria forma parte de una historia con propósito. Ya no se trata solo de productividad, sino de impacto, pertenencia, vocación.


5. Aplicación en la profesión


Introducción a la felicidad y la gestión emocional en el trabajo


Es una invitación a reflexionar: ¿es mi trabajo solo una fuente de ingresos o también de sentido?
¿Cómo puedo alinear mis emociones y mi motivación con un propósito que trascienda lo inmediato?


Definición de propósitos alineados con los valores personales y de la empresa


Puedo proponerme un ejercicio práctico: identificar los valores personales y diseñar metas SMART que integren estos valores al rol profesional. Porque cuando el propósito personal y el de la empresa se encuentran… nace el compromiso auténtico.


6. Conclusión: El propósito como brújula de vida


El propósito no es una etiqueta. Es una brújula.


Te ayuda a tomar decisiones, a sostenerte en los momentos difíciles, a reconocer que cada acto cuenta. No se trata solo de alcanzar algo, sino de caminar de una manera distinta: más consciente, más generosa, más conectada. Por eso, la verdadera pregunta no es “¿ya he encontrado mi propósito?”, sino:


¿Cómo voy a empezar a construirlo hoy?

Noticias relacionadas

Lidiar con una persona pasivo-agresiva puede ser como caminar por un campo minado cubierto de flores. No gritan, no insultan abiertamente, pero cada palabra que dicen lleva veneno disfrazado de cortesía. A primera vista parecen inofensivos, incluso agradables, pero su forma de actuar deja una sensación de incomodidad que va calando poco a poco, como aquella gota de la que hablaba el sabio Salomón. “Decía el Sabio Salomón que una gota constante, ablanda un duro peñón”.

Pensamos que las enfermedades deben aparecer cuando somos mayores, creemos que nuestro sistema empezará a fallar o a tener ciertas inestabilidades cuando vamos sumando años en la últimas etapas. No concebimos tener mala salud o empezar a perderla cuando somos jóvenes, porque nos han inculcado que cada fase tiene su cometido y sus vivencias.

A veces parece que somos nuestros peores enemigos. Queremos avanzar, mejorar, lograr nuestras metas… pero justo cuando las cosas empiezan a encaminarse, algo dentro de nosotros hace que nos detengamos. Posponemos, nos autosaboteamos, nos convencemos de que “todavía no es el momento” o de que “seguro va a salir mal”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto