En los momentos que estamos viviendo, en este mundo convulso, inestable, egoísta y sin metas claras para poder alcanzar un equilibrio social y económico que favorezca al desarrollo de los pueblos; nuestra sociedad se desmorona y nos conduce al abismo.
Si alguien puede rebatirme y aportar pruebas de que no pienso o actúo bien, cambiaré contento. Pues busco la verdad, por la que nadie recibió daño jamás. Sufre daño el que permanece en su propio engaño e ignorancia. (Meditaciones de Marco Aurelio,121-180 d.C.)
Cuando oigo insistentemente la palabra progresismo o progresista, me quedo absorto, confundido; pues la realidad de este vocablo está íntimamente relacionado a la libertad, a que los derechos humanos estén protegidos y sea eficaces, que las instituciones sean más democráticas y participativas, que la igualdad de oportunidades y el bienestar social estén cada vez más garantizados.
Quisiera y de igual forma para todos los ciudadanos, no sufrir daño en el engaño, ni en la ignorancia.
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