Por Tania Serrula
Llevaba mucho tiempo sin realizar una critica de cine. Al menos una escrita. Pero ésta me lo pedía….Lo que La La Land me inspira son muchas cosas. Amor y odio casi a partes iguales.
Amor, por la perfeccion absoluta del producto audiovisual, de la técnica, de cómo el director nos lleva a su terreno y nos intenta encandilar, enamorar, endulzar la vida, la pasión; quiere hacernos bailar, cantar y atraparnos en su tela de araña, perfectamente confeccionada a base de planos secuencia de esos que no puedes apartar la vista de la pantalla. Los homenajes al cine clásico, el amor, el jazz, el deseo de conseguir tus sueños y metas, la composición técnica, la intensidad de colores, la perfeccion de una historia de estrellas, de Hollywood…
Amor por la pareja formada por Emma Stone y Ryan Gosling. Una pareja que me recuerda, veinte años atrás, a Kate y Leo; los dos perfectos, guapísimos, simpáticos, encandiladores, románticos, todo…Ryan es el perfecto galán romántico con ese aspecto y personalidad tactiturna que solo necesita una mirada para meterte en su bolsillo. Luego se pone a bailar y a cantar y a tocar el piano y solo deseas perderte con él.
Emma Stone soberbia, muy superior a él....nos llega al corazón con esa desbordante fragilidad y sensualidad que la hace tan humana, esa chispa tan inclasificable, esa personalidad arrolladora…
Odio, por intentar hacernos creer que somos fáciles. Somos fáciles de llevar al cine, a una película novedosa pero no tan novedosa; a un producto diferenciador bajo un prototipo de maravilla deslumbrante que enriquece mentes aletargadas influidas por el cine no-comercial.
Odio por esa manía de querer llevar al público al límite de la lagrima fácil utilizando escenas sobrantes como la de la visita al Observatorio…
Hoy en dia, es fácil engañar al público con películas que salen del cliché establecido por comercialoides como Los Vengadores, Thor….;cuenta una historia, mete a una pareja de guapos con mucha química, hazles cantar y bailar y crea una fantasía…..ya lo han hecho otras veces….lo siento, pero no cuela. Hollywood sobre Hollywood. La industria de los sueños creando un sueño… Ya no me sorprende.
No podemos olvidar los homenajes a los años 50/60 de esos bailes embalsamantes de gene Kelly en cantando bajo la lluvia, o Sombrero de Copa, el momento a lo Sandra dee de Grease con las amigas de Mía mientras la animan a que vaya a la fiesta, homenajes a la propia Moulin rouge sin desbordarnos, The Artist con ese dulzor romántico, y un Woody Allen paseando por la París de "Midnight in París", siempre recurrente nuestra París para el cine, los clásicos, el arte, la poesía, el Van Gogh de los sueños….tantos y tantos guiños que casi satura.
Quizás porque mientras veo la primera secuencia del baile en la autopista me recuerda a las Señoritas de Rochefort, West Side Story y tantas otras…ese poster gigante de Ingrid Bergman; ese flasback final de “Y si….”, esa reconciliación del cine consigo misma…
No la podría definir mejor, que como la define Ivan Reguera para la sección de cine del diario cuartopoder.es “Agradable, preciosa, ñoña, pero no memorable....” porque sales del cine, tarareando City of Stars pero al cabo de media hora ya no recuerdas la melodía y solo te acuerdas del puñetero final…ese final.
¿Globos de oro? Sí, todos y más, no tiene competidora este año y ya en la propia presentación de la gala nos decían lo que querían….¿Oscars? unos cuantos también, repetimos, es una película fácil de ver, fácil de creer y de premiar…Hollywood, Musical, amor, jazz, homenajes, fantasía, cine clásico, Ryan, Emma, TODO.
Lo mejor: la escena del primer baile y ver el trailer completo de la Bella y la bestia....
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