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La cabeza del ruin de mi esposo -reciente decapitado- y archienemigo de mi amante luce como flor azteca en el ya impresionante florero
desde siempre advertible encima del bargueño del comedor.
Ante el culto léxico utilizado en la creación de sus poemas y los escritos en prosa, la comprensión y entendimiento a Rubén Darío, no es nada fácil, lo que en alguna manera ha provocado que la juventud no lo lea y no lo estudie muy a pesar de su grandeza como poeta genial, que contribuyo arraigar nuestra identidad nica e hispana.
Jesús de Belén, Tu dulce mensaje, nos llega de nuevo esta Navidad; es el momento, la oportunidad, para conseguir un nuevo ropaje.
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