| ||||||||||||||||||||||
Entre convivencia e independencia, el PSOE y su vertiente catalana, el PSC, eligieron hace ya tiempo la independencia. Pedro Sánchez no quiere hablar de independencia, pero acepta al independentismo (el juego del ahorcado), y no se ha dado cuenta nunca de que ese juego no es posible, ni ético, ni legítimo.
Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un asunto ético que trae consigo la simbología de la Navidad, a saber, la creciente y cada vez más violenta banalización y burla de la fe cristiana por parte de los paladines de la progresía comunicacional que domina la factoría de contenidos culturales que, mientras exigen respeto irrestricto y obediencia para sus agendas, se mofan descaradamente de tradiciones ancestrales.
La Navidad es un recuerdo..., el que todos tenemos cuando cumplimos años. La Navidad, para los cristianos, es un recuerdo y un compromiso con la verdad. Dios, hecho hombre, nos envía un mensaje de convivencia... convivencia con el universo, con la tierra, con el hombre... se llama fe, esperanza y caridad.
|