Uno de los principios en los que se basa la democracia (me siento hasta ridículo comentando esto) es la división de poderes. Ya saben, unos legislan, otros gobiernan y eso… A todo esto, vimos como no hace mucho irrumpía en escena lo que se vino a llamar el Cuarto Poder (la prensa) y que, entre todos, podríamos lograr un cierto equilibrio y de esta manera las cosas funcionarían más o menos coherentemente.
No, no todos opinan así y hay un individuo en un país muy, muy poderoso que empieza por Estados y termina por Unidos que se permite el lujo de vetar al Times y a la CNN (nada menos) en la Casa Blanca porque los comentarios de estos dos medios no son de su agrado. El asunto es, más o menos, que la prensa está “desmadrada” o “fuera de sí”. Asunto: se reconocen las filtraciones y la CNN informa, pero dice este señor al que no vamos a referirnos (anda, que sabéis quién es) que las noticias son totalmente falsas y que ‘quiet, quiet’ (vamos, que a callarse, y en España añadiríamos un taco tipo 23-F). Total: veto.
A este señor tampoco le gustan las decisiones de los jueces, no… y está empezando en una reforma migratoria que no gusta ni a empresarios ni a emigrantes ni a personajes de Hollywood (pero si queréis estar bien informados, el Breitbart, que es un periódico, os informa de todo esto y mucho más, no es el Times, ya lo advertimos).
A todo esto, el otro día ante el Congreso este señor rompe con el orden de unos cuantos años (y me atrevería a decir que desde la II Guerra Mundial) en la que Occidente estaba más o menos de la mano y que colaborábamos entre nosotros. Primero el Brexit (que no me lo esperaba, es como los goles de Ramos) y ahora este señor y su America First que rompe con el orden mundial establecido y que promete mejores acuerdos para los americanos (anda que no sabe él, un tipo que tiene una marca de vodka sabe mucho, mucho).
¿La culpa de todo? Del extranjero, es la amenaza que viene de lejos y que amenaza el país y el que nos quita el trabajo en Francia, en el Reino Unido y en los queridos Estados Unidos son… los extranjeros y, resumiendo, hay que protegerse contra las hordas bárbaras que amenazan el imperio.
A mí me suena todo a propaganda y ya vamos a mencionar la palabra de moda: a populismo. Los mexicanos, por muchos burritos que coman, no terminaron con la industria del automóvil en Detroit.
Alguien dijo, yo sin ir más lejos, que este señor había declarado la guerra a la prensa pero también lo ha dicho el director del Washington Post (venga, tiene más peso que yo, aceptamos barco) y veremos en qué termina todo esto porque Julio César sólo hubo uno y no recuerdo ahora cómo terminó.
Habrá que leer a Shakespeare. Ah, no, que es inglés, y ahora ya no somos amigos (no sé por qué, pero bueno).
|