“Lo digo, lo aviso: nos vamos a Treviso”, fue el cántico que se escuchó al final del partido en el fondo donde se ubican las peñas del Cajasol. Es obvio que los sevillanos han de ser prudentes y disputar la vuelta a tope, pero a nadie se le escapa que los 18 puntos logrados en una noche histórica deberían ser suficientes para volver en esta campaña a la localidad italiana, esta vez para disputar su primera final a cuatro europea.
| Ficha técnica | 67- Cajasol: Calloway (9), Urtasun (15), Kirksay (11), Katelynas (14), Triguero (2) -cinco inicial--; Satoransky (5), Bullock (2), Davis (6), Ivanov (-) y Sastre (3).
49- Budivelnik: Keys (11), Zabirchenko (3), Wilson (11), Morley (10), Betts (4) --cinco inicial--; Ikovlev (2), Lukashov (2), Spencer (4), Anisimov (2) y Agafonov (-).
Parciales: 14-16, 16-8, 13-13 y 24-12
Árbitros: Facchini (ITA), Mattioli (ITA) y Bissang (FRA). Eliminaron al local Paul Davis por personales (0).
Incidencias: 7.500 espectadores en el Palacio de los Deportes “San Pablo” (Sevilla), casi lleno. |
Datos destacables | Lo mejor: El partido de Urtasun y Kirksay El navarro estuvo imperial en ataque durante el último cuarto con 15 puntos; y el capitán lideró durante todo el encuentro, como siempre, los “intangibles” defensivos, además de marcarse once puntos con un triple final que hizo que San Pablo se cayera.
Lo peor: Los árbitros Verdadero concierto de pito el que los italianos Facchini y Mattioli, y el francés Bissang dieron durante todos y cada uno de los cuarenta minutos, desquiciando por momentos a ambos conjuntos por igual.
El dato: Ambientazo de lujo en San Pablo. Finalmente no se llenó el Palacio de los Deportes, pero faltaron muy pocas butacas. El público apretó y apoyó como en los mejores tiempos del antiguo Caja San Fernando, y fue verdaderamente el “sexto hombre” del Cajasol. Joan Plaza lo agradeció públicamente en la rueda de prensa. |
| Víctor Díaz / Sevilla
No obstante, hasta los últimos diez minutos el encuentro fue durísimo. El juego comenzó con un espectacular alley-hoop entre Calloway y Katelynas, pero esa bella acción supuso un espejismo, porque durante el primer cuarto la calidad brilló por su ausencia.
Se notó que tanto Cajasol como Budivelnik son equipos novatos en estas lides, ya que en los primeros minutos el nerviosismo fue la nota predominante, aunque algo más en los sevillanos.
Ello lo aprovecharon los de Kiev para adquirir una renta inicial de seis puntos (5-11, min 5) gracias al gran trabajo del escolta Lamayne Wilson. Pero el norteamericano cometió muy pronto su segunda falta personal, y Josep María Berrocal, técnico de los ucranianos, tuvo que mandarlo al banquillo.
Los árbitros también parecían novatos
Fue entonces cuando entraron en escena los colegiados. El trío arbitral demostró estar igual de nervioso que los jugadores, puesto que no daban ni una. Empezaron bastante caseros, con técnica incluida a Berrocal; pero inmediatamente comenzaron a equilibrar un poco la balanza batiendo el récord mundial de pasos señalados en un cuarto inicial. Tal y como se comentaba en la zona de prensa, si Facchini, Mattioli y Bissang hubiesen arbitrado la última final olímpica, Estados Unidos casi ni habría podido atacar.
La actuación de los jueces no ayudó demasiado a que los jugadores se centraran, aunque el Cajasol sacó algo más de tajada del tema. Los de Plaza empezaron a ponerse las pilas en la recta final del primer cuarto (14-16, min 10), y en el segundo sacaron a relucir todo su arsenal defensivo, aumentando al máximo la intensidad con la ayuda de un público que, finalmente, no llenó San Pablo, pero que se quedó a muy poquito de hacerlo.
En ataque, Paul Davis –que no salió de inicio- comenzó el segundo cuarto como un ciclón, con 5 puntos y varios rebotes que daban la segunda ventaja del partido a los suyos (19-16, min 12). Pero, como suele pasarle al pívot norteamericano del Cajasol, muy pronto se cargó con dos faltas –en este caso una personal y una técnica-, con lo que su aportación, hasta el descanso, acabó ahí.
Entonces comenzó una verdadera guerra de guerrillas en defensa. Al Cajasol no le ayudaba el mal partido de Bullock -que finalmente tuvo minutos pero que, pese a sus enormes ganas, no metía ni una-, aunque como atrás estaban como en sus mejores días, el Budivelnik apenas si veía aro a pesar de las buenas acciones puntuales del ex LEB Oro Morley. Un parcial final de 7-2 liderado al descanso por Kirksay dio una interesante renta al Cajasol (30-24), más aún por cómo se había desarrollado el juego.
A la vuelta de los vestuarios, los sevillanos llegaron a tener diez puntos a su favor (34-24, min 23), pero un parcial de 0-7 liderado por el base Keys y por Morley devolvieron la igualdad al marcador, transcurriendo así hasta el final del período, aunque finalmente el Cajasol logró mantener su ventaja del descanso (43-37, min 30).
Un último cuarto histórico
Fue el preludio de uno de los momentos más brillantes de los 24 años de historia que tiene el club sevillano. En los diez minutos finales, el Cajasol volvió a desplegar sobre la cancha todas y cada una de las páginas del manual defensivo que les hizo ser, la pasada temporada, el cuarto mejor equipo del continente europeo en ese sentido.
Todos y cada uno de los "Hombres de Plaza" aportaron su granito de arena para poner de cara el pase a la “Final Four”, incluyendo Katelynas, que a su notable labor en su propia zona sumó 14 puntos, rindiendo, esta vez sí, tal como se espera de él. Dio igual que a Davis -6 rebotes, 4 de ellos en defensa, y 5 robos- lo eliminaran a 3:38, porque sus compañeros se portaron como la ocasión merecía.
Pero el verdadero líder, cómo no, volvió a ser Tariq Kirksay, el capitán del Cajasol que, como suele hacerlo en las grandes ocasiones, llevó el timón del equipo a la hora de “molestar” al rival y de robar balones o provocar pérdidas del rival. Y en ataque, la dirección de Calloway y la letal inspiración de Urtasun dejaron prácticamente KO al Budivelnik.
Cinco puntos del base y seis del escolta navarro –que, ante la merma de Bullock, dio el paso adelante que se le pedía- colocaron un 54-39 (min 34) con el que San Pablo, verdaderamente, rugió. La muestra más clara de la actitud cajista y la desesperación ucraniana fue la última de las canastas de Calloway, conseguida en una contra tras un robo del propio director de orquesta cajista.
Sólo una antideportiva a Davis –su cuarta personal, poco antes de caer eliminado-, cuya falta además acabó en canasta de Keys (57-44, min 36) hizo peligrar por momentos la amplia renta final que ya se vislumbraba; pero los ucranianos no aprovecharon la posterior posesión, y todo continuó por los mismos fantásticos derroteros para el Cajasol.
La traca final llegó con un espectacular triple de Kirksay a 30 segundos del final (66-47) que desató el delirio en una afición que, esta noche sí, se ha comportado como en los mejores años del club en los 90, con Alexander Petrovic primero y Javier Imbroda después, en el banquillo. Un tiro libre posterior del propio Kirksay puso la veintena (67-47), diferencia que acabó reduciendo Betts con otros dos lanzamientos desde la personal.
San Pablo soñó; San Pablo deliró; San Pablo cantó. Estaba en su derecho porque, salvo hecatombe dentro de siete días, su equipo disputará, en vísperas de la Semana Santa, la primera “Final Four” del casi cuarto de siglo que tiene de vida.
Aunque, como el propio Joan Plaza bien dijo posteriormente, el Cajasol debe recordar lo que ocurrió en la jornada final del “Last 16” ante la Benetton para no confiarse, y saltar a la cancha como si el marcador global fuese un empate. Porque así la clasificación será, al 100%, un hecho consumado.
Sala de prensa | Josep María BerrocalEntrenador del Budivelnik
“Con 28 balones perdidos es imposible plantar cara. Hemos aguantado 25 minutos pero luego hemos desaparecido, no hemos encontrado opciones en el banquillo y ellos han aprovechado para correr y recuperar. De valoración ellos han ello 72 y nosotros 31, lo que marca el ritmo al que ha jugado Cajasol y el de nuestro equipo. Nunca nos hemos encontrado nunca un rival que juegue a este nivel ni esta defensa”. | Joan Plaza Entrenador del Cajasol
“Hemos de felicitarnos todos porque hemos metido a mucha gente en el pabellón de San Pablo, como hacía años que no pasaba, y hemos dado un golpe de efecto. Hemos juntado gente de todos los colores y hay que felicitarse porque el partido ha sido durísimo hasta bien entrado el tercer cuarto y el principio del último. Ellos se han venido abajo porque hemos defendido como desgracioados pero también por el apoyo de la gente. Gracias a todos ellos, tienen mi respeto y el del club”. “Ellos querían jugar a un tanteo bajo. Hemos intentado tener una marcha más pero había jugadores muy atenazados. Pero defensivamente estabamos remando, partiñéndonos la cara como prometimos y eso hab permitido que al final hayamos ganado no por un golpe, por ese cuarto, sino por haber dado muchos golpes. No hemos tenido un día fino porque, ¿qué jugador ha estado bien? Ha estado bien Urtasun en el último cuarto pero ni Bullock, que ha intentado hacer lo que ha podido, ni Davis han estado a un gran nivel y eso nos da alas para ser capaces de ir a Ucrania a jugar y a ganar, no ir a conservar nada. Estamos a un partido de la Final Four y queremos estar ahí. Estamos esperanzados en ir a Ucrania y hacer algo grande y que toda Sevilla se meta en Final Four, que sería una ilusión que me llevaría en mi maleta para siempre”. “Únicamente estamos en la media parte. Hemos sacado una ventaja de 18 puntos pero no hay que celebrar nada. Sólo la celebración sería un paso para empezar a perder. Tenemos una lección aprendida de Treviso, y no hay argumentos para la celebración esta noche. Hemos dado un gran paso pero nada está hecho aún". |
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