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Política Municipal

Los alcaldes de pequeñas ciudades o los condejales de pueblo no se sientan los sábados por la noche en ningún programa de televisión para debatir de temas de gran alcance
Iria Bouzas Álvarez
martes, 4 de abril de 2017, 00:35 h (CET)
La política nacional española, y la de prácticamente cualquier país, está llena de tramas que muchas veces recuerdan más a un vodevil que a una actividad digna que pretenda gobernar los asuntos de un país.

En esta España nuestra, el vodevil ha ido evolucionando hasta convertirse en un culebrón con un argumento que, capítulo tras capítulo, se ha ido enrevesando tanto que ya es difícil que aparezca un giro nuevo que llegue a sorprendernos.

Tenemos a un PSOE que podría estar interpretando las últimas escenas de una trama a la que podíamos titular como “El Hundimiento”.

Nos encontramos también con un Partido Popular que, emulando al Dúo Dinámico, interpreta una y otra vez la canción “Resistiré” convirtiéndose así en la banda sonora de este serial político.

Parece que hace unos años, lo guionistas estaban percibiendo un cierto cansancio en los espectadores de este culebrón, los votantes, así que decidieron introducir nuevos personajes y de esta forma ahora contamos entre el elenco de protagonistas con Podemos, quienes se han querido definir a ellos mismos como “Los Vengadores” y con Ciudadanos, que se me antoja que serían “Los Gremnlins” porque ya se sabe que son muy monos pero que nunca, y digo nunca, se mojan.

Y frente a este girigai que tenemos montado a nivel estatal probablemente usted, querido lector, haya seguido haciendo su vida normal sin mayores cambios en la misma que el de negar con la cabeza cuando haya visto, leído o escuchado algunas de las ocurrencias de todos estos actores políticos.

Y esto me lleva a recordar el motivo primario de este artículo, reivindicar la figura de la política municipal frente al descrédito que a día de hoy tiene la política en general.

Por más seductores que le resulten a la prensa los líos de los grandes políticos, a nosotros los sufridos ciudadanos de a píe, nos siguen haciendo falta aceras por las que caminar. Nos afecta muchísimo más la limpieza de nuestras calles que las elecciones primarias de cualquier gran fuerza política.

Una farola que no funciona, un parque donde llevamos a los niños que esté descuidado, que el polideportivo donde jugamos al frontón el fin de semana esté en buenas condiciones o que haya sitio para aparcar donde tenemos la consulta del dentista son temas prioritarios en nuestro día a día.

La política municipal no es glamurosa. Los alcaldes de pequeñas ciudades o los condejales de pueblo no se sientan los sábados por la noche en ningún programa de televisión para debatir de temas de gran alcance.

Pero es esa política, la de cercanía, la que puede influir directamente en la mejor o peor calidad de vida de los vecinos

Si la próxima vez que vaya a trabajar me encuentro que en la acera de enfrente de mi portal hay un gran agujero, o si me han robado la bicicleta porque hay mucha delincuencia en mi barrio. Si quiero practicar algún deporte y me doy cuenta de que no hay instalaciones preparadas o si en mi ciudad no hay ninguna actividad cultural, no buscaré a ningún diputado o ministro para que me lo arregle, iré a mi ayuntamiento para que se encarguen de ello.

Así pues, aunque no salgáis en los debates, aunque no os hagan fotos chulas para la portada de los periódicos o aunque no os pidan nunca un selfie por la callle, los alcaldes y concejales que trabajáis y os esforzáis por vuestros vecinos, daos por aludidos en este pequeño y personal homenaje.

Y a todos aquellos que estáis en política municipal por trabajar de algo sin sentir la obligación de dejaros el alma cada día en lo que hacéis, os pediría que cuanto antes o fueseis a vuestra casa. La política municipal es tremendamente importante porque, parafraseando al gran Luis Eduardo Aute, “Se nos va la vida en ello”

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