Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Desde la crítica

Las heridas de Europa

El límite del gasto público por imperativo legal pone el acento en la tercera herida de Europa
Abel Ros
domingo, 11 de diciembre de 2011, 09:13 h (CET)

El martillo y el cincel neoliberal han agrietado los cimientos democráticos del poder occidental. Los golpes indiscriminados en las paredes de los estados han levantado la niebla polvorienta en los escombros de Europa. La “alemanización de España”, como ha sido etiquetada en los foros políticos y sociológicos de este país, ha conseguido que seamos menos soberanos que ayer. La fórmula “más mercado y menos Estado” ha quebrado los mimbres del bienestar  y debilitado las estructuras jurídicas del referéndum popular. ¿Es inteligente seguir subidos en un vagón ante el lento descarrilamiento de su tren?, ¿es de sabios sacrificar bienestar para ganar competitividad?, ¿Es correcto…?

A pesar de la cara larga de Sarcozy, el desplante de Cameron debe servir a la crítica civil y mediática de este país para abrir el debate público sobre,  la conveniencia económica y política de seguir siendo meros espectadores de “una muerte anunciada”, en palabras de un comentarista de este blog,  o por el contrario, llamar a la movilización social para solicitar una Europa más keynesiana y menos supeditada a los dictámenes del tándem franco – alemán.

Las heridas causadas al Estado de Derecho, Democrático y Social de algunos países miembros ofrecen el dibujo sonoro de un futuro occidental basado en trazos de dinero y carente del sonido de sus principios y valores. Esta disonancia entre las bases materiales de una sociedad y sus superestructuras pone en evidencia el descarrilamiento que decíamos atrás.

La tecnocracia, o dicho en otros términos, la sustitución del líder emocional por el director racional, supone la primera herida sangrante de una úlcera llamada Europa. La pérdida del gobierno legítimo de Grecia e Italia por el golpe de Estado de un autócrata llamado “mercado” marca un antes y un después en las líneas que separan la lógica elemental del Estado Democrático. Esta ruptura en las reglas básicas del juego interno de un país no debe caer en el saco roto de lo superfluo. Las consecuencias nefastas de la tecnocracia derivan en una pérdida de confianza del pueblo soberano en la competencia gestora de sus gobernantes.

La reforma constitucional sin el correspondiente referéndum popular, al modo español,  y la probable refundición de los Tratados Fundacionales de la Unión, sin el voto vinculante de los ciudadanos sienta las bases de la brecha abierta en los cimientos del Estado de Derecho. La ausencia de una Constitución Europea consensuada por los países miembros y refrendada por el sello de sus ciudadanos, deja la puerta abierta al Derecho Comunitario ostentar el timón de las Constituciones Nacionales.

El límite del gasto público por imperativo legal pone el acento en la tercera herida de Europa. El Estado Social, o dicho de otro modo, el bienestar como colchón de seguridad para amortiguar la caída en la pobreza social, se verá drásticamente recortado por la tijera neoliberal. La desmantelación de lo público en la Europa de lo privado ha abierto la brecha de la desigualdad entre los ricos y pobres. La filosofía merkeliana de no intervencionismo estatal corregirá los mercados pero desestabilizará la estructura social.

Son estas heridas en los cimientos del Estado de Derecho, Democrático y Social de los países miembros,  las que deben cohesionar el sufrimiento civil y reivindicar desde la voz de los demócratas una Europa más estatal y menos liberal.

Noticias relacionadas

Afrontando las navidades, fiestas intemporales que van más allá, desde el punto de vista religioso y  cultural, de su actual avatar cristiano, vuelvo, mucho tiempo después, a las cuevas del Castillo, en Cantabria; allí, inmortalizadas en las paredes cavernarias, me encuentro de nuevo con aquellas manos que otros humanos inmortalizaron hace decenas de miles de años. 

Me refiero a esas apreciaciones que nos deslizan hacia la experiencia sublime en los diferentes estratos de la presencia humana. Contienen el duende necesario para abstraernos de las naderías y hacernos fijar la atención con maestría, moviendo hilos indescriptibles. Funcionan con ese algo especial capaz de congregar en el mismo estrado fascinante a la emisión de un mensaje de calidad y la fina sensibilidad del receptor.

Basado en las microexpresiones faciales, sin que digas una sola palabra, está claro que la mirada lleva diferentes firmas emocionales. Las arrugas de expresión transmiten mucho más de lo que imaginas y la mayoría de las veces, quienes conviven contigo suelen decir que te conocen.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto