Hace justo un año
Ricky estaba en el punto de mira de todos. Aficionados y periodistas apuntaban que se
había estancado, que ya no progresaba. Él, con sus números y juego, les daba
argumentos. Pero de puertas para adentro pasaba todo lo
contrario. Cada día trabajaba más y más su tiro al finalizar los entrenamiento con
David García, tercer ayudante de Xavi Pascual en el Barça Regal. Sabía que debía esforzarse más, no parar de aprender. Y mucho menos rendirse. Eso jamás.
Algunos, viendo su gran
momento en los Minnesota Timberwolves, se preguntan: ¿Cómo es posible un cambio
de estas características en sólo un año? Las respuestas son varias, pero todo
tiene una explicación. Los Wolves, a diferencia del Barça, no tienen la
necesidad imperiosa de ganar cada partido. Son un equipo joven, en formación, y
que sólo busca que todo ese elenco de jóvenes jugadores se haga mayor para que
en pocos años puedan aspirar a más. El objetivo es crecer.
En el Barça no había
tiempo para esperarle. Ricky Rubio nunca dejó de trabajar, y aunque en muchas
ocasiones se sentía frustrado porque no le salían las cosas, ahora ve, con el
tiempo, que el haber sufrido le ha ido de fábula. Que el hecho de no estar
cómodo le ha hecho madurar. Y ahora, en Minnesota, sabe que puede sacar a
explotar su talento. Además, juega mucho más minutos que en Europa. A todo ello
hay que añadirle que durante el ‘lockout’ ha trabajado mucho el tiro.
Muchísimo. Gran parte de ese entrenamiento fue con el exentrenador de la Penya
Miquel Nolis, que le ayudó a tomar decisiones en situaciones críticas, con estrés. Es
decir, con pocos segundos, de decisión rápida y donde un toque de muñeca poco
preciso te puede hacer fallar el tiro. Con Nolis dio otro paso adelante.
Ricky Rubio, pese a que
muchos no lo vean así, acertó en fichar por el Barça. Primero por los títulos
conseguidos, un total de seis en dos años. Un palmarés de ensueño, Euroliga y Liga ACB incluida, con sólo 21 años. Muchos acaban su carrera
sin obtener tantos trofeos. Segundo por jugar al máximo nivel. El hecho de
estar en el Barça Regal le permitió jugar partidos importantes, finales de Liga
ACB o una Final Four de la Euroliga. Su aportación en algunos momentos fue
menor a la esperada, sobretodo por el desembolso que en su día hizo el club
azulgrana, pero lo que Ricky no sabía es que esos momentos de frustración le
ayudarían a formarse como jugador y como persona. Saber que nada es fácil por
mucho talento que poseas. El trabajo es fundamental.
Ahora Ricky en Minnesota se siente liberado. No tiene presión por ganar ningún campeonato.
Ni siquiera para entrar en los ‘Play-off’. Y eso le hace mejor, le hace mostrar
todo su potencial, lo que lleva dentro desde que debutara con 14 años en la
Liga ACB. El desparpajo no lo ha perdido y le hace especial. Ahora su próximo
reto es mejorar físicamente. Debe trabajar mucho para tener un mejor tren
inferior y un mejor desplazamiento lateral. No es fácil parar a bases como
Russell Westbrook o Derrick Rose, pero debe trabajar para ello. Eso también le
beneficiará en ataque. Y es que mejorando sus piernas podrá evitar muchos de
los tapones que le ponen.
El ‘doble o nada’ de Ricky ha salido cara aunque muchos pensaran que sería cruz. Y aunque solo lleva diez partidos, le irá bien. Genial. En
América están maravillados con Rubio, que no deja de sorprender día a día. Él
sabía que le saldría bien, lo lleva dentro. De momento lleva 10 puntos y 8
asistencias por partido, guarismos que le sitúan como un firme candidato a
Rookie del año. Y va para arriba. ¿Dónde se encuentra su techo? Solo lo sabe él.
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