Un derbi es cómo cuando
te pones la música a todo volumen en tu reproductor con esos casquitos que
parecen que ni siquieran caben en el oído.
Entonces comienzas a sentir, sin quererlo, como todo tu cuerpo baila sin
control, y a la medida que va transcurriendo el tiempo la emoción va
aumentando, pero cuando ya llevas un gran tiempo, pues como que molesta.
Pues eso mismo pasa con
los derbis en el fútbol. Cuando llega la hora de un derbi se habla
desmesuradamente durante toda la semana sobre él, pero es que una vez pasado el
partido se sigue hablando... Y sinceramente cansa.
Cada partido tiene su
importancia en su momento, y no hay que seguir dándole vueltas ni examinar
minusiosamente cada gesto, cada mirada, casa abrazo, cada palabra, cada jugada,
cada agarrón, cada equivocasión, etcétera.
Sé que un derbi da para
mucha información, para muchos titulares, para muchas anécdotas, pero porque un
derbi sea sano y limpio no hay porqué buscarle los tres ojos al gato.
Please, stop the music
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