Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Algo más que palabras | Humanismo | Fraternidad | Unidad | Valores

Mutación justa para un mañana fraterno

Hay que lograr la protección benéfica universal en salud, y en todo aquello que nos haga más humanos entre sí, máxime en un momento de impacto de la inteligencia artificial
Víctor Corcoba
jueves, 20 de febrero de 2025, 09:17 h (CET)

Nos hemos globalizado. Ahora nos resta continuar uniendo pulsos, haciendo camino, despojándonos de intereses egoístas, entregarnos a una transición ecuánime, donde nadie se sienta excluido. Esto requiere de un níveo aliento por parte de todos, que es lo que entrelaza la sostenibilidad medioambiental con la justicia social, lo que garantiza el cambio sereno, con la creación de empleo y fuertes medidas de protección social. Para esto, pues, no hace falta armarse, sino amarse de verdad. Lo importante es quererse, fomentar la cultura del abrazo especialmente con los más vulnerables, creando una mano de obra compartida y eficaz; pues lo importante es dar prioridad, tanto a las personas, como al planeta en el que moramos.


Desde luego, la globalización y la interdependencia de los diversos cultos y culturas, están abriendo nuevas oportunidades de conocerse y de reconocerse como activo social, que ha de mejorar el nivel de vida en todo el mundo, al mismo tiempo que persisten los obstáculos para que haya una mayor integración y una participación plena de cada pulsación viviente. Por ello, es capital situar la imparcialidad mutua en el epicentro de las agendas políticas internacionales, nacionales y regionales. Hay que lograr la protección benéfica universal en salud; y, en todo aquello, que nos haga más humanos entre sí, máxime en un momento de impacto de la inteligencia artificial, lo que requiere como jamás esfuerzo y humanidad para combatir el desempleo y la pobreza.


Sabemos, además, que la humanidad en su conjunto no está fuera de peligro. Las temperaturas están subiendo, los ecosistemas están desapareciendo y la contaminación continúa siendo una amenaza mortal. Naciones Unidas no deja de advertirlo, ya que los avances en todos los frentes siguen siendo lentos y desiguales. Indudablemente, todos estamos llamados a impulsar el espíritu cooperante. Son problemas globales que requieren soluciones globales. Junto al cuidado de la casa común, está el aluvión de actos de terror y extremismo violento que nos acorrala, hasta el extremo de la desolación, al ver cómo se extiende un tenebroso soplo de impunidad. La perspectiva de una guerra nuclear continúa siendo, desenfrenadamente, un riesgo claro y presente.


Ante este cúmulo de desastrosas realidades, la globalización exige entonces ser acompañada de una legislación común; puesto que, a nivel general se han de buscar soluciones jurídicas que garanticen el mantenimiento de la concordia, regularicen la marcha de la economía planetaria para asegurar a todas las naciones los beneficios del desarrollo y ensanchen la vigencia ecuménica del respeto de los derechos humanos y de la dignidad de la persona. Que esto se lleve a buen término es responsabilidad conjunta, tanto de las organizaciones universales, como de aquellas regionales. Indudablemente, los esfuerzos de unificación económica y de coordinación política han de sentir la urgencia de mejorar la condición de todos, especialmente de los más desvalidos.


Sea como fuere, será saludable conjuntamente salir de la pasividad y el pesimismo, no dejarse abatir por la angustia ni por la resignación. Cada cual, consigo mismo, es protagonista de su propia historia. No hay que vencerse, hay que tomar impulso y no desfallecer en la lucha por un orbe más habitable, con poéticas de mano extendida siempre y políticas racionales equitativas que afiancen la moralidad, para que todos tengamos un salario decente y los derechos sociales adecuados; si no hay esto, la lógica del descarte material y el rechazo humano se va a extender, deshumanizándonos por completo. El hermanamiento llega por la unión de latidos, haciendo efectivo el afecto en nuestra vida, a través de nuestras relaciones familiares y en la acción específica de cada momento corporativo.

Noticias relacionadas

Corría el mes de abril de 1994 cuando un grupo de malagueños celebramos la Semana Santa en el lejano cantón Valais de Suiza. Por aquellos tiempos dedicaba buena parte de mi tiempo a transmitir, en la medida de mis posibilidades, el Evangelio. Estaba totalmente involucrado en las tareas de evangelización del Cursillo de Cristiandad. Una tarea gestionada por seglares.

Al referirnos a las expresiones del habla cotidiana, las quejas son las principales protagonistas. Independientemente de cómo se exprese cada cual, somos muy perspicaces en la crítica dirigida a los demás y poco propensos al examen del escaparate propio. Sin embargo, no es tan sencillo pronunciarse al respecto, debido a las imprecisiones propias, las tretas ajenas y los muchos factores implicados.

Los que desde muy pronto y ya sin interrupción hemos tenido un contacto frecuente con los libros sentimos cierta incomodidad al oír consejos y expresiones como “leer es bueno”, “un libro es un amigo” o “lee lo que quieras, pero lee”. Es como si alguien dijera: “¡viva la comida!, da igual qué comas, lo importante es que comas”, o “beber es vivir, sea lo que sea que bebas, bebe”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto