(60-59) Raúl López hace más real el sueño de los cuartos de final

Tarde mágica en Miribilla con la victoria del Gescrap Bizkaia ante el todopoderoso Montepaschi Siena. Una canasta sobre la bocina de Raúl López ha dado medio billete a los suyos para los cuartos de final de la Euroliga. Con esta victoria, los de Katsikaris dependen de sí mismos para continuar su andadura en la máxima competición europea. Minutos finales de infarto los vividos en Miribilla, donde un toma y daca entre ambos equipos hacía que la afición aguantase la respiración hasta el último segundo.

Arrancaba el partido con Vasileiadis fallando una canasta bajo el aro, el griego era fiel reflejo de la ansiedad con la que su equipo salía a la cancha. Un triple de Moss inauguraba el marcador para el Montepaschi. Agresivos en defensa, ambos equipos apretaban las clavijas al contrario; prueba de ello es el paupérrimo marcador de 2-8 en cinco minutos de juego.

Con Jackson y McCalebb desaparecidos en la cancha el papel protagonista se lo llevaban las defensas de los dos equipos. Marcajes duros llevaban a un juego muy trabado y carente de transiciones. Tras dos minutos sin anotar ni un punto, D´or Fischer rompía la sequia y ponía el final a un cuarto que acababa con un marcador de balonmano 7-8.

El segundo cuarto arrancaba con la misma tónica de los primeros compases del partido, parecía que a los vascos les pasaba factura una semana de inactividad y a los italianos la resaca de la Copa. La buena defensa seguía siendo la clave del partido, los vascos anulaban a McCalebb impidiendo que, el nacionalizado macedonio, tirase a canasta.

Reinaba la igualdad en el luminoso cuando un triple de Ress devolvía la ventaja a los suyos. Se ponían los italianos por delante hasta que el desaparecido Vasileiadis hizo acto de presencia para anotar un triple que adelantaba a los vascos. Pero Rakocevic en el último segundo volvía a poner la balanza del lado de los italianos. A pesar de que aumentó el poder anotador de ambos equipos, 21-22 para el descanso.

Tras la salida de vestuarios, los equipos salían al encuentro con energías renovadas y con mayor intensidad en su juego. Aparecía McCalebb para tomar las riendas de su equipo, pero cuando el conjunto bilbaíno parecía más perdido aparecía Banic para señalar el camino. El de Zadar se echó el equipo a la espalda para que los suyos no se descolgasen en el luminoso.

Seguían apretando los italianos con una defensa perfectamente colocada que complicaba la vida a los locales. Una canasta de Raúl López sobre la bocina igualaba el marcador 39-39, partido totalmente abierto y Miribilla enloquecida al grito de “sí se puede”.

El último cuarto, no apto para cardiacos, arrancaba con una canasta de Rakocevic que daba el mando de nuevo a los italianos. Un triple de Blums devolvía la igualdad y empezaban las alternancias en el luminoso. Tras un tiro fallado por Mumbrú, recuperaban los locales el rebote pero Jackson volvía a fallar y a pesar de recuperar un segundo rebote esta vez era Fischer el que fallaba el tiro.

En los segundos finales empezaba un carrusel de tiros libres, Raúl López anotaba sus tiros libres dejando a su equipo 58-56, llegaría el turno para Rakocevic que anotaba uno de sus tiros dejando el luminoso 58-57 a falta de 13 segundos. Cuando todo parecía hecho, un balón perdido entre Mumbrú y Raúl López y la siguiente canasta de Thortnton hacían temblar a Miribilla (58-59). Y entonces aparecía Raúl López. Con la sangre fría de los grandes, el base anotaba sobre la bocina la canasta de la victoria (60-59). Enloquecía Miribilla al grito de “Raúl, Raúl”.