Jorge Gonzalvo
Ilustrado por Cecilia Varela
Lóguez, 2011
Un álbum ilustrado sobre la tristeza, ¿por qué no?, no es el primero, de hecho es un tema necesario en la literatura infantil. A los niños les interesa el mundo que les rodea, no viven en una burbuja que les separa de su entorno, no habitan en un mundo ideal. Por tanto, las cosas de los mayores también les afectan. El hecho de incluir temas difíciles como la discriminación, la muerte, el sexo o las enfermedades, es un acierto, y bien tratados, crean libros hermosos. Un ejemplo, “El pato y la muerte”, de Wolf Erlbruch. Igual que “Despedida de tristeza”, donde el autor ha encontrado una forma sencilla y dulce de hablar de ella, pero no solo de la tristeza, sino de su despedida.
Jorge Gonzalvo realiza una caracterización de la tristeza, y cuenta con preciosas frases, cómo recorre la ciudad antes de marcharse. Nos dice el autor que “es una tristeza viajera pero amable, que no se queda muchos días en la ciudad. Y, para colmo, la tristeza se toma ciertas molestias: te deja un pastel de verduras porque se preocupa en cierto modo de todo aquel a quien visita”. Es precisamente la personalización de la tristeza, junto con la calidad narrativa, lo que hace que este libro sea muy recomendable, transmite de forma poética y delicada que la tristeza igual que viene se va.
Escribir para niños no es fácil, tampoco lo es escribir y que guste a todos los públicos, pues “Despedida de tristeza” lo consigue, porque el resultado es un libro para todas las edades, donde según dice el propio autor, “un niño interpretará la tristeza de un modo y un adulto hará lo propio a su manera”.
Una forma nueva de ver a la tristeza, mucho más personal, mucho más tierna y mucho más positiva. Y un texto que también invita a preguntarse ¿qué es la tristeza?, ¿es un personaje, un concepto, un estado de ánimo?, ¿acaso puede ser amable la tristeza?
Completan el texto las personales acuarelas de Cecilia Varela que dicen mucho sin mostrarse evidentes. Su trabajo plástico ayuda en la secuencia narrativa y poética por su cuidada composición y su tratamiento del color, que se caracteriza por ser tenue. Sin duda son ilustraciones que añaden valor al libro.
Lóguez, apuesta otra vez por los textos de Jorge Gonzalvo y las ilustraciones de Cecilia Varela, ya que es el segundo libro que publican juntos en esta editorial con años de experiencia. El primero fue “Te regalo un cuento”, un álbum ilustrado sobre el valor de la literatura.
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