Todo lo que estamos viviendo estos últimos días nació hace once
años cuando el Partido Popular con Mariano Rajoy
y Esperanza Aguirre al frente se lanzaron a recorrer
España mendigando firmas contra Catalunya y su Estatut, un texto
legal aprobado por ambos Parlamentos, el de España y el de
Catalunya, y que fue refrendando en referéndum por el pueblo
catalán. Ya en aquellos momentos la muchachada de la gaviota
continuaba anclada, como hoy, en aquellos tiempos de sus padres y
abuelos de la “España, una, grande y libre”. Durante la
llamada Transición del 78, realmente fue una sarta de
concesiones de la izquierda para que los franquistas continuaran
mandando y muchos de ellos, con las manos manchadas de
sangre, continuaran en sus puestos en la milicia, la judicatura y la
policía, ante las demandas de País Vasco, Galicia y Catalunya,
<b>Adolfo Suárez</b> inventó el estado de las autonomías y abrió
la puerta al “café para todos”, fue lo de o todos o ninguno, y
así aguar las aspiraciones de catalanes y vascos especialmente.
Cuando aquello comenzó a funcionar algunos políticos vieron que el
tema se les podía escapar de las manos y aprovechando el fallido
golpe de estado de Tejero, todavía no sabemos quién
actuaba como director de aquella pantomima zarzuelera llena de
tricornios y gorras teresianas, se aprobó la LOAPA para
recortar en todo lo posible los derechos de las CC.AA. Y, mientras,
en el País Vasco seguía la lucha armada de ETA y en Catalunya el
descontentó iba tejiendo un nuevo Estatut que, finalmente y con el
“tripartito” en el Govern fue aprobado el año 2006.
El PP recurrió ante el Tribunal Constitucional aquel texto, y
también, de manera indirecta, lo hizo el PSOE ya que el
entonces Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ex
diputado socialista y militante distinguido del partido de la rosa
marchita, también presentó recurso contra el texto del Estatut
catalán. Cuatro años tardó el Tribunal Constitucional en laminar el
texto recurrido y cuando en el verano del 2010 se supo que se lo
habían “cepillado”, en palabras textuales de Alfonso
Guerra, fiel representante del jacobinismo militante del
socialismo español, miles de catalanes salieron a la calle para
mostrar su repulsa ante un tribunal partidista y al servicio del poder
político. Y a partir de ahí comenzó la bola de nieve de las
reivindicaciones catalanas, masivas Diadas y las votaciones del 9-
N, que ahora llevan a centenares de miles de ciudadanos catalanes
a las urnas o a enfrentarse con la autoridad incompetente. Y todo
por el empecinamiento de Rajoy, los palmeros de su Gobierno y
una parte de la prensa editada en Madrid que han preferido el viejo
“sostenella y no enmendalla” de los hidalgos castellanos a
atender las demandas catalanas, durante años, antes Mas y ahora
Puigdemont, han intentado sin éxito dialogar con Rajoy, pero el
registrador de la propiedad devenido Presidente de España no
quiere más que un monologo donde él sea el protagonista.
La semana pasada en el Parlament de Catalunya se vivieron
escenas tan esperpénticas como tener que escuchar a los que
nunca quisieron hablar sobre el tema, PSC, C’s, PP y una parte de
Catalunya Si Que Es Pot, denunciar que les cerraban la boca en la
tribuna del Parlament. Ante las continuas intervenciones del
Tribunal Constitucional eliminando leyes, algunas como la de
“pobreza energética” con la excusa que se hacía
discriminación entre los pobres catalanes y los del resto del Estado,
los partidos soberanistas, con mayoría, modificaron el Reglamento
para aprobar las leyes mediante lectura única. Y lo que se
admite en el Parlamento español, así se modificó en tiempos de
Zapatero la Constitución para agradar a Merkel y
así se procedió en el cambio de Jefe de Estado< para no
dejar a Juan Carlos I desnudo de inmunidad y privilegios.
Repito, lo que se admite en las Cortes y en otras 14 CC.AA. es
ilegal en Catalunya según el TC. Y así todo, cualquier recurso
presentado por el Gobierno ante el TC hace que éste suspenda
cautelarmente el acuerdo, luego puede pasar un tiempo precioso
antes de dictar sentencia, cuando ya no sea necesaria.
Sus señorías opositoras dieron la semana pasada lecciones del
filibusterismo más burdo, paralizando en todo momento el debate
político y dedicándose a alargar el tiempo de discusión para ver si el
TC llegaba a tiempo para suspender las sesiones. Pero el TC no
actúa hasta que Rajoy enciende la luz verde, en España
Montesquieu ha sido asesinado por el PP y ya no existe
separación entre los poderes judicial, legislativo y ejecutivo. El
ejecutivo y el judicial van al unísono, perfectamente afinados. A la
“Brunete Mediática”, ahora con El País y El
Periódico también entre sus filas, le vino de maravillas todo el
guirigay parlamentario para dar a entender que el Parlament catalán
se había convertido en una cueva donde los malos soberanistas no
dejaban hablar a los buenos españolistas. El caso es seguir
sembrando odio contra quienes, en legitimo derecho, quieren acudir
a votar para decidir su futuro, votar es democracia y si los que votan
NO son más que los del SI no pasa nada, se convocan nuevas
elecciones autonómicas y quien gane que forme un gobierno. Así
de fácil, se trata de saber si, como dice la prensa leal a Rajoy, los
que quieren ser independientes son cuatro gatos.
Yo creo que son bastantes más, ya que el partido más corrupto de
Europa anda muy preocupado y sacando a relucir toda su artillería,
además de la prensa leal ahora ha lanzado a la palestra a la
“Brigada Aranzadi” con el TC al frente y con la ayuda del
Fiscal General del Estado, reprobado por el Parlamento,
por sus malas artes en la ejecución de su trabajo. Y por si fuera
poco ya tienen 4.000 policías y guardias civiles para presentarse en
Catalunya el 1-O y dedicarse a detener urnas y papeletas. Por
cierto hoy un contingente del Ejercito está de maniobras por la Val
d’Aràn, qué casualidad tan extraña. Este Fiscal General reprobado
ha indicado a las fuerzas del orden que detengan a todos los
alcaldes que colaboren con el 1-O y que no acudan a las citaciones
de la justicia. Van a tener trabajo para detener a los 712 alcaldes
que, de momento, ya han dicho que cooperaran para que los
ciudadanos puedan realizar un acto tan democrático como el de
acudir a votar. Por si acaso ya hay un servicio con más de cien
abogados preparado para defender a quienes detengan o no les
dejen ejercer sus derechos. España, con este Gobierno tan poco
democrático, se parece más a la Turquía de Erdogan que a la
Inglaterra de May, y es que los tics antidemocráticos están en los
genes de un partido cuyo fundador no dudó en firmar penas de
muerte, se llamaba Manuel Fraga Iribarne.
Hoy es Catalunya la que sufre los desvaríos antidemocráticos de
Rajoy y su gobierno, con esta actitud está ganando votos en
España y mañana serán los ciudadanos españoles los que verán
mermados sus derechos. Ir contra Catalunya es un buen granero de
votos, especialmente entre la España profunda y muchas veces, por
desgracia, desinformada por una TVE al servicio del PP.
Por eso, Pedro Sánchez des del PSOE apoya en todo este
aquelarre contra el estado de derecho a Rajoy, él también quiere
una parte del pastel, sin darse cuenta que, una vez más, el que se
llevará el gato al agua con la utilización del anti catalanismo será el
PP, en el País Valencià ya les pasó, el miedo al PP les llevó a ir
dando bandazos durante más de veinte años alejados del poder. La
derecha quiere volver y puede hacerlo.
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