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El pasado 2 de Agosto los Gobiernos de España y Catalunya firmaron un acuerdo por el que el Gobierno presidido por Pedro Sánchez se compromete a invertir 1,700 millones de euros en la ampliación del Aeropuerto de Barcelona, de siempre conocido como El Prat y que desde hace algún tiempo ostenta el nombre oficial de Josep Tarradellas, nombre impuesto desde las altas instancias madrileñas sin consultar a ninguna autoridad catalana.
Pocos minutos después de las siete de la tarde del 13 de Septiembre del año 2013 la multitud agrupada en la Plaza de San Pedro del Vaticano comenzó a aplaudir, la “fumata” era blanca, “habemus papam”. Después de dos días de cónclave y tan sólo en cinco sesiones los cardenales habían elegido un nuevo sucesor de San Pedro al frente de la Iglesia Católica.
Hace ya varias semanas que Juan Carlos I, a quien cuando tomó posesión del trono una parte de la izquierda llamaba “ Juanito el Breve”, marchó de España a tierras lejanas para disfrutar de unas merecidas vacaciones pagadas junto a sus amigos los jeques árabes, aunque malas lenguas afirman que entonó el “adiós mi España querida” buscando cobijo en un país donde no pudiera llegar la larga mano de la justicia suiza.
La semana pasada con el visionado de los videos aportados por las acusaciones y las defensas quedó casi finalizado en el Tribunal Supremo el juicio contra los promotores de la celebración del Referéndum el 1-O y la posterior declaración política de la independencia de Catalunya por la mayoría independentista del Parlament de Catalunya.
Des de aquellas primeras elecciones de junio del 1977, todavía sin Constitución y con el cadáver del dictador todavía sin pudrirse en el Valle de los Caídos, ningunas elecciones habían sido tan valoradas por el electorado, que, en esta ocasión, ha acudido a las urnas empujado, especialmente, por el miedo a una extrema derecha que, por primera vez, mostraba su verdadero rostro.En lo que ha dado en llamarse el régimen del 78 los grupos fascistas no habían tenido representación política en las instituciones, salvo un corto periodo en el que el joseantoniano notario Blas Piñar ocupó un escaño en el Parlamento bajo la bandera fascista de Fuerza Nueva entre el 1979 y el 1982.
Desde que Pedro Sànchez vistió con los entorchados de Ministro de Asuntos Exteriores al veterano cuadro y militante del PSOE, Josep Borrell, éste ha venido, orgullosamente, haciendo gala de una chulería, a veces indecente, sabiendo que el Presidente del Gobierno nunca le haría apearse del cargo.
Conozco bien aquella época, la viví plenamente, yo escribía en catalán, o en valenciano, como quieran llamarle, en Las Provincias, recibí anónimos amenazantes y el periódico dejó de publicar mis artículos, naturalmente no cuadraban con la línea que Maria Consuelo Reina había elegido para su periódico.Y ahora, viendo las últimas hazañas de Ciudadanos, pienso que hay muchas similitudes entre aquella “batalla de València” y la actuación de Ciudadanos ante los lazos amarillos.
El PP, con un nuevo líder que entre máster y máster se dedica a decir mentiras y sandeces, y Ciudadanos, que amenazan, y trabajan para ello, con montar un Ulster en Catalunya, junto con una fuerza residual como es VOX, defienden, unas veces claramente y otras con la boca pequeña, que Franco continúe en su tumba, para hacer de ella un lugar de peregrinación del franquismo y la ultra derecha más cerril.Y es que en España nunca se cumplió el viejo refrán de "muerto el perro se acabó la rabia”, aquí el metafórico can murió en la cama después de años de tener a España sometida a su personal dictadura y de haber pasado por las armas, torturas y años de cárcel a los disidentes que luchaban por la libertad.
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